DIA 117: 2DA PARTE: Julio Popper y la explotación de Oro

Hoy continuamos conociendo la historia de Julio Popper cuando llega a estas tierras.
Las comunicaciones y por ende el abastecimiento de víveres fue una dificultad real y constante, del asentamiento que había construido en El Páramo. Estos problemas fueron parte de las situaciones por las cuales la relación de Popper se complejizó, con el Estado Argentino, más específicamente con el Gobernador de Tierra del Fuego, General Félix Paz, así como con otros buscadores de oro y con las sociedades cazadoras pedrestres que habitaban la zona norte de la Isla conocidas como Selknam.

Testimonios de éstos enfrentamientos se pueden encontrar en los diarios de viaje del propio Popper. Cabe destacar que este expedicionario contaba con una cámara de fotos _ todo una novedad para ese momento y en estas zonas australes _ y gracias a esto no solo encontramos registro fotográfico de sus instalaciones sino también una secuencia de fotos que registran un enfrentamiento muy confuso y controvertido que mantuvo con los pueblos originarios ya que se lo puede observar junto con sus hombres disparando hacia un grupo y en otro posando con su fusil y a sus pies un aborigen muerto.

Hacia 1887 la expedición de Popper atravesaba grandes inconvenientes ya que – además de los enfrentamientos con los sociedades pedestres y las discusiones con el gobierno Nacional- se sumaba la ríspida relación con las autoridades gubernamentales de Punta Arenas ya que Popper consideraba –en coincidencia con los intereses geopolíticos del Estado Argentino- que era necesario establecer una colonia marítima en la zona norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego y que la misma fuera la capital del Territorio, ya que Ushuaia- desde su localización geográfica- no posibilitaba la comunicación fluida y el abastecimiento constante al resto de tierras de su jurisdicción.

La idea de propiciar el establecimiento de nuevos centros urbanos hizo que las tensiones entre Popper y las autoridades chilenas de Punta Arenas fueran cada vez más tensas, fue así que el Gobernador de Magallanes Rómulo Correa se negó a enviarle provisiones al establecimiento de Punta Páramo a sabiendas de sus necesidades y aislamiento generándose un reto a “duelo” por parte de Popper hacia el funcionario, al cual éste le respondió con un escrito ante el Juzgado de Punta Arenas.

Finalizada la campaña exploratoria, Popper regresó a Buenos Aires y solicitó nuevas pertenencias mineras: Valle Cullen N°1, Valle Cullen N°2, Páramo 1°,2° y 3°, Páramo 4°, Páramo 5°, Carmen Sylva 1° y2°, Cullen, San Sebastián, Alfa, Beta, Altar. Talesia, Austral y Auricosta. Sobre estas concesiones, el investigador Guevara, indica que existieron más zonas en dicho registro que fueron invisibilizadas.

Paralelo a estos acontecimientos, muchos aventureros –sin los permisos correspondientes- comenzaron a efectuar “tareas de lavado de oro” invadiendo las áreas concesionadas e intensificando la labor de los hombres armados de Popper.

Popper efectuó los reclamos correspondientes ante el Gobernador Paz, los cuales fueron minimizados ya que el territorio bajo su mando era muy extenso y contaba con pocos recursos materiales.
De hecho, recién en abril de 1888 se habilitó la Comisaría de San Sebastián a 12 km al oeste del yacimiento El Páramo. Los trabajadores armados de Popper y el establecimiento de esta Comisaria sirvieron para enfrentar al expedicionario con la comunidad chilena patagónica que, a su vez elevó protesta formal vía cancillería, situando estos conflictos en tierras chilenas y no argentinas.

Así, a medida que fue pasando el tiempo, la Compañía Anónima Lavaderos de Oro del Sud, dejó de ser un mero yacimiento de explotación aurífero y se convirtió en un lugar de luchas, persecuciones, usurpaciones y saqueos.
A pesar de este contexto negativo, Popper efectuó, en 1892, una solicitud para fundar un establecimiento dedicado a la pesca de cetáceos y pinnípedos en el extremo Antártico del océano Atlántico, que fue conocido como Atlanta: proyecto para la creación de un pueblo marítimo en la costa atlántica de Tierra del Fuego. Las pesquerías de los Mares del Sur, que contaba con importantísima información respecto al potencial de sus recursos. Este proyecto no prosperó por la desaparición de Popper.

En junio de 1893 – y con solo 36 años de vida- se lo encontró muerto en su vivienda de la ciudad de Buenos Aires. Las pericias de la época indican que su fallecimiento fue por “congestión pulmonar atestiguada”. Si bien los intensos conflictos que mantuvo Popper con los diferentes actores sociales de su tiempo indicaban grandes rivalidades y enfrentamientos, no se duda que las razones de su muerte hayan sido de causa natural.


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