Buscan reactivar la Base Petrel para convertirla en el polo logístico de la Antártida
La Base Petrel se ubica sobre rocas a 18 metros sobre el nivel del mar, al pie del glaciar Rosamaría en la rada Petrel de la isla Dundee en el archipiélago de Joinville, a unos 1.100 kilómetros de Ushuaia. Comenzó a funcionar en 1952 y en 1974 fue afectada por un incendio.
Argentina avanza en un plan para reactivar la base antártica Petrel con el objetivo de convertirla en el polo logístico más importante de la Península Antártica, por lo que una dotación de 18 personas pasará el próximo invierno haciendo reparaciones en ese lugar.
La Base Petrel se ubica sobre rocas a 18 metros sobre el nivel del mar, al pie del glaciar Rosamaría en la rada Petrel de la isla Dundee en el archipiélago de Joinville, a unos 1.100 kilómetros de Ushuaia y a más 3.000 de la Ciudad de Buenos Aires.
Ese emplazamiento comenzó a funcionar en 1952 hasta un incendio en 1974 y luego fue operada como base temporal hasta que en 2013 se trazó un plan para reactivarla como polo logístico permanente en el continente antártico.
El coronel Adolfo Humarán, jefe del proyecto Base Petrel, dijo a Télam que “la idea de recuperar la Base Petrel surge en la primera gestión de Agustín Rossi como ministro de Defensa cuando se hizo una resolución en ese sentido, pero no se concretó por cuestiones coyunturales. En el gobierno anterior se intentó avanzar con el programa de Participación Público-Privada pero no se pudo, y cuando Rossi regresó como ministro se recuperó el proyecto que luego fue sostenido por su sucesor, Jorge Taiana”.
“Desde 2013, que se publicó la resolución, comenzamos a ir todos los veranos a la Base Petrel a realizar pequeños trabajos para mejorar un poco la casa, llevar algo de equipamiento y retirar residuos históricos; pero a partir de este verano pasa a ser una base permanente. A mediados de noviembre llegó una dotación de 18 personas que es la que va a pasar todo el año allá realizando los trabajos necesarios para la recuperación de la infraestructura. Eso facilitará saber los requerimientos para el próximo año”, recordó.
Humarán sostuvo que “en este primer año los objetivos son terminar de recuperar la casa habitable, reparar los portones del hangar que sufrieron el deterioro propio de la meteorología antártica, retirar la mayor cantidad de residuos que quedan en la base, y demoler cimientos de instalaciones en desuso para comenzar a diagramar esa base como un centro integral de transbordo de cargas y pasajeros multimodal en la que puedan operar buques y aviones”.
“Para esto, el objetivo es construir una pista principal de 1.800 metros de largo y otra secundaria de 1.300 en las que puedan operar los Hércules C-130 o aeronaves más pequeñas. Además, este año vamos a realizar allí los estudios hidrográficos para establecer el lugar más propicio para la construcción de un muelle que permita operar con cargas desde los buques”, detalló.
El militar precisó que “este verano también vamos a definir el trazado definitivo de la pista principal y se van a realizar los estudios del impacto ambiental que pueda tener la construcción de las nuevas instalaciones”.
“La ventaja de Petrel, además de su ubicación en un lugar muy plano y con acceso para los buques, es que ahí ya teníamos una base existente que había sido permanente hasta que sufrió un incendio hace varios años. La idea es recuperar esta base que para que nos dé una enorme capacidad logística y operativa”, ponderó.
Humarán indicó que “en un programa que se va a extender por los próximos tres o cuatro años la idea, además de construir las dos pistas y el muelle, es también construir una nueva casa habitable con capacidad para alojar a sesenta personas y tres laboratorios científicos, también una planta de tratamiento de líquidos cloacales, una de potabilización y una casa de emergencias con capacidad para sesenta personas que pueda alojar al personal en tránsito si es necesario”.
“El proyecto incluye una terminal de cargas de grandes dimensiones que también pueda funcionar como salón de usos múltiples, gimnasio, cancha de fútbol o lo que sea necesario eventualmente; además en el hangar podrían operar uno o dos helicópteros de manera permanente y el avión Twin Otter que hoy opera desde Base Marambio”, añadió.
El militar remarcó que “la puesta en funcionamiento de la Base Petrel nos permitiría centralizar todas las cargas que hay que distribuir en las trece bases antárticas argentinas y todos los materiales que hay que replegar de las mismas cada año; respecto de la base Marambio, Petrel cuenta con mejores perspectivas climáticas y meteorológicas para la operación aérea y en sus costas pueden operar todos los buques que se despliegan en cada campaña, algo que en Marambio sólo puede hacer el Rompehielos Almirante Irízar (RHAI)”.
“Esto no significa que vaya a desaparecer Marambio, sino que muchos vuelos que iban a esa base para distribuir cargas o personas ahora lo van a poder hacer desde Petrel; Marambio es la principal cantera de estudios paleontológicos en la Antártida y todos esos campamentos de investigación científica van a continuar su labor”, aclaró.
El militar apuntó que “las temperaturas cada vez más altas que se registran en la Antártida van a hacer que la pista de 1.500 metros de suelo congelado de Marambio tenga cada vez mayor cantidad de días en los que no se pueda operar porque se derrite; la alternativa es Petrel donde las pistas van a ser sobre un suelo más estable”.
“Si se cumplen los plazos previstos esperamos que la base esté operativa por completo para el verano de 2026, en esta campaña -además de las 18 personas que van a pasar el invierno allí- estamos enviando a otras 25 que durante este verano van a llevar adelante trabajos de reparación en el hangar y a 16 de la Dirección Nacional del Antártico que van a realizar los estudios de impacto ambiental”, concluyó.