Malvinas a través de la lente de Rafael
En diciembre de 1981, Rafael Wallmann, junto a tres colegas, emprendió un viaje a las Islas Malvinas para explorar la realidad de un territorio lejano y poco conocido. Lo que comenzó como un proyecto periodístico se convirtió en una odisea marcada por el contexto histórico. En sus propias palabras, Rafael describió cómo el 23 de marzo de 1982, el día de su cumpleaños, voló a Malvinas para encontrarse con un ambiente cargado de tensiones internacionales. La invasión argentina a las Georgias ya estaba en los titulares, generando un conflicto que pronto se extendería a las Malvinas. Desde fotografiar la vida cotidiana hasta la rendición de los ingleses, Rafael capturó momentos únicos que se publicaron en todo el mundo. La guerra, seguida desde la Patagonia argentina, dejó imágenes impactantes y emociones intensas.
Tras una década, en 1992, Rafael decidió abordar la situación de los veteranos y las fuerzas armadas, publicando “Malvinas diez años después”. Este proyecto marcó el comienzo de una serie de visitas cada década, documentando cambios significativos, como la evolución del cementerio y la vida en las islas.
Su relación con los habitantes de Malvinas ha sido respetuosa, aunque reconoce la falta de una política de Estado coherente en las últimas décadas. Rafael aboga por la seducción en lugar de la imposición, destacando la importancia del intercambio cultural, especialmente a través del deporte.
En el vibrante relato de Rafael, se despliega una travesía única que se remonta a diciembre de 1981, cuando él y tres colegas decidieron aventurarse hacia las Islas Malvinas para explorar un territorio rodeado de incógnitas. La semilla de esta odisea fue plantada por la curiosidad de comprender un archipiélago que emergió en la conversación tras negociaciones de diciembre de 1981.
“Nuestro interés surgió por unas negociaciones que hubo en diciembre del 81, y nos preguntamos como reporteros gráficos, ¿cómo son las Malvinas? ¿Quién las conoce?”
El viaje, inicialmente concebido como una nota para la agencia francesa Gama, se convirtió en un hito personal y periodístico. Rafael fue designado para liderar la expedición por su habilidad en inglés, desencadenando un largo camino de tramites burocrático para obtener visas, libras esterlinas y un vuelo con siete escalas.
“El día que volé a Malvinas, que fue el 23 de marzo del 82, además de ser mi cumpleaños, fue el día en que salieron en todos los diarios que los argentinos habíamos entrado ilegalmente en las Islas Georgias, y eso desató un conflicto internacional.” relató Rafael.
La experiencia en Malvinas durante esos días intensos incluyó encuentros con el gobernador Rexham, recorridos por el campo en cuatriciclo, y culminó con la inminente noticia de la inminente invasión argentina, narrada por el propio gobernador.
“Me agarró el primero de abril a la noche, estaba cenando, y el gobernador anunció por radio que era inminente que los argentinos iban a invadir las Islas, toda esa noche no dormí, estuve en la casa de al lado del gobernador, escuché todo, durante el día hice fotos, las primeras fotos fueron de Gilbert con una bandera blanca caminando por Ross Road que iba a pedirle la rendición a Hunt, finalmente Hunt se rindió, los marines salieron detrás de arbustos y de escondites con sus armas en la mano, entregaron las armas, fueron como prisioneros de guerra en un Fokker F-27 Uruguay, el gobernador se puso su traje más espectacular, como de fiesta, y también se fue a Montevideo en un F-28, y todas esas fotos se publicaron literalmente en todo el mundo, todas las revistas y diarios, y bueno, después siguió la guerra, la guerra la seguí desde toda nuestra Patagonia, estuve en Comodoro, en San Julián, en la base aérea, donde salían los dagger, y era muy duro ver cómo salían cuatro y volvían dos, y esperaban dos, tres minutos, todos los pilotos que habían vuelto en silencio y de pronto se largaban a llorar, así como vi también brindis con champange porque le habían dado al Invencible.”
Tras una década, en 1992, Rafael decidió abordar la situación de los veteranos y las fuerzas armadas, publicando “Malvinas diez años después”. Este proyecto marcó el comienzo de una serie de visitas cada década, documentando cambios significativos, como la evolución del cementerio y la vida en las islas.
“En el 2012 todavía decía Soldado NN solo conocido por Dios. Y el año pasado cuando estuve, ya fruto del trabajo de la Cruz Roja con el equipo de Antropología Forense, ya los nombres estaban en las tumbas, entonces fue un gran cambio. Después recorrí y muestro no solo los campos de batalla, los restos, también mi intención es mostrar cómo vive la gente, cómo es la vida cotidiana, quiénes son los que viven hoy en Malvinas, cómo es la fauna, entonces fui a una isla que se llama Sea Lion, estuve haciendo fotos de todo tipo de fauna, pingüinos, cinco tipos distintos de pingüinos, elefantes marinos, aves increíbles y comidas, qué comen, qué hacen, y sigue el espíritu inicial que era la curiosidad por cómo son las Malvinas y poder mostrarlas.”
Su relación con los habitantes de Malvinas ha sido respetuosa, aunque reconoce la falta de una política de Estado coherente en las últimas décadas “yo siempre tuve una relación buena, siempre me acerqué con humildad y no prepotencia, y sin tratar de imponer nada, ni mis ideas, simplemente, obviamente debatí con muchos, pero siempre bien, en buena ley. Ellos tienen argumentos que ellos consideran sólidos, también, ellos tienen un cementerio no de la guerra ni nuestro ni de ellos, tienen un cementerio que está casi en el centro de la ciudad, con tumbas que datan de 1850, o sea que te dicen nosotros tenemos 10 generaciones acá. Entonces tienen argumentos, yo no los estoy validando en este momento hablando con vos, solo estoy diciendo que los tienen, y que entonces, por otro lado, nosotros tuvimos una política muy errática con Malvinas en los últimos 40 años, no hubo una política de Estado, en realidad, a mi juicio nos faltan políticas de Estado “
En 2022, la Casa de Tierra del Fuego mostró interés en su trabajo, evidenciando el impacto que estas imágenes tienen en la región. Su exposición actual, “Malvinas, cuatro viajes”, no se centra solo en la guerra, sino en la transformación de las islas y su gente a lo largo de cuatro décadas. Actualmente la misma esta siendo expuesta en Casa de Tierra del Fuego, la exposición estará abierta hasta el 16 de noviembre y podrá visitarse en Buenos Aires en Sarmiento 731, de lunes a viernes de 11 a 15.