Califican de “absurdo” el proyecto de Milei, para cambiar la Ley de Pesca

El experto en Atlántico Sur y pesca, el doctor César Lerena, fue consultado por AIRE LIBRE FM sobre el proyecto de ley -del Gobierno Nacional- que propone abrir el mar argentino a empresas extranjeras, argumentando que nuestro país ya cuenta con una industria pesquera desarrollada. “Eso afectará la soberanía nacional, la sostenibilidad del recurso y la industria naval argentina”. Además, el proyecto “rompe con el ordenamiento legal y la regulación del mar”.

En relación a este proyecto presentado por el presidente Javier Milei, el entrevistado sostuvo que “este proyecto de ley ómnibus que incluye el proyecto de reformar la ley de pesca es un proyecto que está hecho destinado a abrir el mar argentino a las empresas extranjeras. Esta es la realidad. Es un proyecto que no tiene antecedentes en el mundo, sobre todo en los países desarrollados. Hay muy pocos países, Cuba, Costa Rica, Puerto Rico, Guatemala, República Dominicana y algunos países africanos.
Pero ¿por qué tienen esta posibilidad de que entren flotas extranjeras a su zona económica exclusiva o lo que vendría a ser el mar argentino en este caso? ¿Por qué? Porque no tienen una industria pesquera desarrollada, no tienen flotas, no tienen empresas. Entonces la forma de conseguir algún tipo de recurso pesquero es a través de empresas extranjeras. No es el caso en la Argentina. La Argentina tiene una explotación total del recurso pesquero con empresas de capitales nacionales y capitales extranjeros radicados en la Argentina y cubre todas las necesidades y las exigencias de los mercados más exigentes. Porque compite en precio, que el valor es un precio internacional que obviamente no lo fija la Argentina”.

En otro párrafo añadió el profesional que “a pesar de las cargas impositivas de todo tipo, la inflación, etc., la Argentina compite con mucho éxito en el mundo. Tiene los mercados más importantes del mundo, inclusive tiene más mercados exigentes que las propias carnes rojas. Entonces no se encuentra un justificativo abrir el mar argentino a buques extranjeros. Y está claro que esto es así porque empieza por decir la ley que va a licitar internacionalmente las cuotas. Es decir, la cuota, ¿qué quiere decir? El cupo que le van a dar a cada empresa para que pesque en el mar argentino. Empieza por licitarlas. La licitación es una herramienta que ha caído ya en desuso en el mundo pesquero. Si bien se aplicó en algunos momentos, demostró que no es la mejor herramienta para aplicar en la pesca. Únicamente Chile licita un 15% del total de recursos que tiene y lo hace a empresas nacionales, no a empresas extranjeras. Y licita un 15% porque considera que es una forma de abrir a terceros actores nacionales el recurso. Y para eso, a modo de compensación, aquellas empresas que estaban radicadas hace mucho tiempo y explotando, le dio la concesión de la explotación de recursos por 20 años con opción a 20 más. Pero el resto de los países no licita. Esa es la primera cosa rara que aparece en un proyecto que ya es vetusto. Porque justamente si hay un lugar donde se ha experimentado que estas licitaciones internacionales no funcionan, es en la pesca. Y además que las licitaciones se usan para otro tipo de explotaciones o actividades. Por ejemplo, usted quiere construir una ruta, licita esa construcción y las empresas constructoras se presentan con sus contratistas o lo que fuese. Aquí no se trata de la posibilidad de licitar, porque para poder fijar un precio y establecer todo un equipamiento de flotas, de barcos, de instalaciones en tierra, de ocupación de personal, uno tiene que tener una previsibilidad. Pero no puede decir, ah bueno, gané 10 kilos, gané 100 o 1000 y montar todo un desarrollo para eso. Eso es un mecanismo que está desechado del mundo. En segundo lugar, abre la importación de buques extranjeros sin requerirles ninguna antigüedad en particular. Lo cual es una aberración total. Porque esto además va a competir contra la industria naval argentina, industria privada y pública, y lógicamente la va a mandar a la quiebra. Después, otra cuestión es que no requiere personal argentino. Entonces, si uno va dando cabos y la última es que no le exige que descarguen los puertos argentinos. Es decir, que al no descargar el puerto argentino no va a realizar ningún proceso industrial ni va a agregar valor al producto. Va a simplemente ser una empresa que extrae el recurso argentino y se lo lleva, lo transborda en alta mar o en el mar, o lo desembarca en cualquier puerto del mundo. Esto va a tener varios efectos”.

El doctor Lerena explicó además que “esta cuestión de que no se desembarque en un puerto argentino, además de quitar toda posibilidad de procesar en tierra y, consecuentemente, ocupar personal, desarrollar un valor agregado en el producto, además de ser absolutamente contrario al interés nacional, además también puede dar lugar a que las propias empresas nacionales para tratar de sobrevivir, en lugar de desembarcar en los puertos argentinos, desembarquen, por ejemplo, en Uruguay, donde no tienen retenciones. Hoy la pesca tiene un 15% de retenciones. O desembarquen en Brasil, donde uno de los tres mercados de Argentina pesqueros es Brasil. Entonces la pregunta es, ¿para qué voy a pagar retenciones cuando yo estoy en condiciones de desembarcar en Brasil y satisfacer el mercado de Brasil? Entonces, esto puede ocasionar que se quede gente sin trabajo”.

¿Y después qué va a pasar? ¿Argentina tendrá que importar pescado? ¿Va a tener que comprar pescado cuando tiene el mar al lado? Es una cosa que no se entiende.

“Dentro de los efectos que podemos mencionar, primero, desde el punto de vista de la soberanía nacional, la ocupación marítima del mar por parte de embarcaciones extranjeras es un hecho gravísimo, gravísimo porque los buques pesqueros argentinos, dicho sea de paso, están ejerciendo con su presencia una soberanía nacional.
Esto va a terminar y, por el contrario, va a haber buques extranjeros que no va a haber ninguna posibilidad de controlarlos.
Porque la Argentina hoy no tiene capacidad de controlar la captura y mucho menos cuando esos barcos van a ser transbordados en lugar de bajar en el puerto argentino. Pero además esto se agrava porque no nos podemos olvidar que la Argentina tiene ocupado un millón seiscientos mil kilómetros cuadrados de territorio marítimo por el Reino Unido. Y la pregunta que surge aquí es cuando se autorice a buques extranjeros a pescar en la zona económica exclusiva argentina, ¿se les va a exigir que pesquen en ese millón seiscientos mil kilómetros ocupados por el Reino Unido de Gran Bretaña o no? Como ocurrió cuando Caputo abrió el mar argentino a los buques rusos con la intención de que explotaran el recurso en el área que tenía ocupada Inglaterra y que esos buques rusos jamás pescaron en esa área. ¿O bien va a admitir que el Reino Unido adquiera esas cuotas para pescar en el resto del mar argentino, con lo cual el Reino Unido con nada, con dos pesos, con cincuenta, se va a quedar con todo el mar argentino?

Este proyecto es totalmente inviable…

“Es una aberración total este proyecto.
Después, desde el punto de vista de la sostenibilidad del recurso, estos barcos en general son barcos depredadores. Por ejemplo, hay entre trescientos cincuenta y quinientos buques en alta mar. De esos buques, algunos pueden ser que entren en la zona económica exclusiva, no necesariamente, pero lo que es seguro es que los buques extranjeros que entran en la zona económica exclusiva van a colaborar con los que están haciendo depredación en alta mar. Porque esos buques, por ejemplo, en el caso de los chinos, pertenecen al Estado chino.
Entonces, es muy posible que esos buques, que se incorporen trescientos, quinientos buques a pescar en la zona económica exclusiva, no es que van a quitar los buques que están pescando en alta mar, van a sumar más buques. La cantidad de buques que tiene China son miles de buques. Y después, ya los propios americanos y los británicos han considerado la pesca como una cuestión de seguridad nacional.
Porque la pesca no solamente es una cuestión de captura, sino que de observación, de inspección, etc. de los territorios marítimos en el mundo. Por otro lado, lógicamente, el hecho de que la empresa nacional no esté en condición de competir, no porque no esté pagando los derechos hoy.
Lo que pasa es que esas empresas que pescan hoy a distancia, o en gran cantidad de casos para satisfacer sus necesidades económicas, pueden hasta pescar a pérdida. Y lo hacen. Y además, esas empresas están todas subsidiadas, realizan su trabajo con personal esclavo. Entonces, no tienen derechos de ingreso a sus países de origen. Por lo tanto, pueden competir en forma muy desfavorable para la industria nacional, lo cual va a significar una pérdida laboral y también la pérdida de mercados por parte de las empresas nacionales”.

¿Qué va a ocurrir respecto a la ocupación territorial?

“Es muy probable que si esto ocurre así, y esperemos que no, que el Congreso no apruebe este engendro, haya un éxodo patagónico laboral. Porque si las empresas cierran, obviamente va a caer una ocupación poblacional que hay hoy, industrial, que está haciendo su trabajo en zonas desfavorables”.

El gobernador de Tierra del Fuego y otros gobernadores patagónicos han criticado justamente este proyecto.

“Imagínense que esto daría lugar a que algún pícaro con una oficina alquilada y un teléfono de pronto pueda hacer extraordinarios negocios y atravesando empresas extranjeras a capturar en la zona económica exclusiva. Esto no existe en ningún país desarrollado. Es un absurdo desde el punto de vista pesquero y un absurdo desde el punto de vista económico. Ahora, además, por otro lado, esto rompe con todo el ordenamiento legal y la regulación del mar. Por ejemplo, tira por la borda con el esfuerzo diplomático y técnico que durante más de 10 años realizaron los argentinos a efectos de obtener en la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, la zona económica exclusiva, para que los estados ribereños, fundamentalmente que hacían fuerza para tener 200 millas, contrario a los países que pescaban a distancia, como Estados Unidos, donde Estados Unidos después cambió su voto, pero originalmente estaba en contra de eso.
Ellos pretendían tres o a lo sumo 12 millas y ahí estaba China, el Reino Unido, Japón, Rusia, etc. Entonces, ese esfuerzo diplomático y técnico de los argentinos para conseguir este espacio territorial, para poder explotar sus recursos, con estas medidas se tira por la borda.
Es un absurdo”.

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