La dedicación de Río Grande Adopta en la protección animal

En Río Grande, el cuidado y protección de los animales en situación de calle es una tarea que requiere compromiso, empatía y trabajo en equipo. La protectora Río Grande Adopta, liderada por personas como Sol Medina y Mariana Jara, se ha convertido en un pilar fundamental para enfrentar esta problemática. Con su esfuerzo constante, buscan ofrecer una nueva oportunidad de vida a perros y gatos abandonados, enfrentando desafíos económicos, sociales y culturales. Su historia refleja no solo la dedicación hacia los animales, sino también la necesidad de un cambio de conciencia en la comunidad.

En una conversación con Sol Medina y Mariana Jara, referentes de la protectora Río Grande Adopta, relataron su experiencia y el trabajo constante que realizan en favor de los animales en situación de calle. Mariana comentó: “Hoy en día contamos con aproximadamente seis animales a nuestro resguardo, además de colaborar con casos particulares como el de Chimi, un perro que apareció en la Plaza de los Cien Años hace dos meses. Desde entonces, Soledad y su pareja lo han cuidado en su hogar.”

 

El caso de Chimi es solo uno de los muchos que gestionan. El sábado pasado llevaron a cabo una jornada de adopción responsable, donde buscaron visibilizar a los animales en busca de un hogar. “Más allá de los animales que tenemos, también tratamos de ayudar a personas que se involucran de manera voluntaria, aunque no pertenezcan formalmente a la protectora”, agregó Mariana.

 

Sin embargo, la realidad no es fácil. Sol explicó que, aunque en el pasado los cachorros eran rápidamente adoptados, ahora esto ha cambiado. “Nos sorprende que incluso los cachorros, que antes eran los primeros en ser adoptados, ahora se quedan con nosotras por meses. Algunos ya están cerca de ser adultos y eso dificulta aún más encontrarles hogar.”

 

El trabajo de tránsito es fundamental en esta labor, pero cada vez es más difícil conseguir familias temporales. Mariana señaló: “No contamos con un refugio, nuestro trabajo depende de las personas que ofrecen sus hogares como tránsito. Ellos son la base de lo que hacemos. Sin su ayuda, no podríamos seguir adelante.”

 

Además, las dificultades económicas afectan las adopciones. Según explicaron, mantener una mascota implica costos que muchos ya no pueden afrontar. Esto no solo reduce las adopciones, sino que también limita la capacidad de la protectora para rescatar a más animales. “No podemos recoger nuevos perros si todavía tenemos a otros en espera de un hogar, como Sheila, que no hemos podido reubicar”, explicó Mariana.

 

El problema de los animales sueltos en los barrios de la ciudad también fue un tema destacado. En ciertas zonas, la cantidad de perros en las calles es alarmante. “Para cambiar esto, hay que educar a las personas”, comentó Sol. “Hacemos videos informativos, creamos flyers y hasta visitamos escuelas cuando podemos, pero necesitamos más compromiso comunitario.”

 

La protectora también enfrenta un aumento en los casos de abandono durante la temporada de verano. “Muchas familias no planean qué hacer con sus mascotas cuando se van de vacaciones y terminan dejándolas o regalándolas de manera irresponsable”, lamentaron.

 

A pesar de las adversidades, las historias de éxito son motivo de alegría. Mariana recordó el caso de Cora, una perra que estuvo meses en tránsito sin encontrar un hogar hasta que su familia de tránsito decidió adoptarla. “Recibir ese video anunciando que ahora era parte de su familia fue emocionante. Nosotras llorábamos de felicidad”, relató.

 

Por último, destacaron que las herramientas para enfrentar esta problemática están disponibles en la provincia, como las castraciones gratuitas y las campañas de concienciación, pero insisten en que se necesita mayor responsabilidad por parte de los dueños de mascotas.

 

El compromiso de Río Grande Adopta es un ejemplo de cómo la dedicación y el esfuerzo comunitario pueden marcar la diferencia para los animales más vulnerables. Sin embargo, hacen un llamado a la población para que tome conciencia y se sume a la causa, ya sea adoptando, ofreciendo tránsito o simplemente difundiendo su labor.