Malvinas: La postura de Hijos de ex Combatientes de Ushuaia y la UMA
Los “Hijos de ex Combatientes de la Ciudad de Ushuaia”, junto a la “Unión Malvinizadora Argentina” (UMA), queremos dejar indeleble nuestra preocupación y desagrado, ante esta nueva amenaza a la paz de nuestra región por parte del Reino Unido, que desarrolla prácticas y ensayos militares en el Atlántico Sur, territorio nacional y provincial, que actual, temporal e ilegítimamente usurpan desde 1833.
Lejos de asombrarnos, este nuevo y continuado episodio de vanidad criminal, es una actitud perfectamente acorde y enmarcada en la histórica, altanera y despreciable impunidad que a su ejecutor caracteriza en las relaciones para con nuestro país en particular y para con el mundo entero, al que siempre que pudo esclavizó, degradó, depredó y robó, en cuanto tuvo la mínima oportunidad para hacerlo.
Desde la violenta usurpación a la fecha, esta potencia que viola la integridad de nuestro territorio, no ha tenido para con nosotros más que actitudes remotamente distantes de la buena fe que la comunidad mundial llama a tener en las relaciones entre estados, e incluso en el cumplimiento y respeto del derecho internacional, llegando a desarrollar, con extrema meticulosidad y a cada paso, todos los ardides dilatorios que a su alcance tuvo para evadir la obligación de iniciar el proceso de descolonización.
Tal es así que hoy, en la cúspide del desparpajo y la impunidad, solo se limita a ostentar su potencial militar, como único argumento para fundamentar, el ilegítimo, repudiado y anacrónico despojo al cual hace más de 180 años somete a la nación argentina.
Hoy, como jóvenes argentinos, nuestro rol generacional se funda profunda y preponderantemente en no consentir, desde el silencio o la inactividad, el que se repitan los errores y las tibiezas de nuestros representantes pasados, que nos llevaron directa o indirectamente con sus políticas, queriendo o sin querer, a facilitar el sostenimiento del contumaz enclave colonial en nuestro Atlántico sur, por parte de la OTAN y el Reino Unido.
Por lo expuesto, nosotros no celebramos como positivo ningún tipo de acuerdo o comunicado conjunto con el Reino Unido, que al versar sobre nuestro Atlántico Sur, no exprese explícita y claramente, como eje central y punto de partida, el inicio sincero y sin dilaciones de las negociaciones atinentes a la recuperación del pleno ejercicio de soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y sus espacios marítimos e insulares circundantes, por parte de nuestro país, ya que ello es la mismísima esencia y supremo fin de los legítimos reclamos argentinos, sin lo cual, todo las demás palabras y actos, no tienen sustento alguno y son solo una pérdida de tiempo para nuestro país y para el derecho internacional en su totalidad, que espera con ansias, se dé por finalizado este crimen internacional que es el colonialismo.
Lamentablemente, tampoco vemos auspicioso bajo ningún punto de vista, a diferencia de algunos organismos y representantes, el que se siga avanzando sobre otras cuestiones que no favorecen a ningún argentino, deliberadamente omitiendo muestras de compromiso claro para solucionar lo que para nosotros es esencial como ser nacional.
Asimismo, sobre esta tesitura, nos parece un gran desacierto avanzar en todos aquellos actos que, unilaterales o bilaterales, desde la raíz, evidencian estar grotescamente orientados a solventar intereses foráneos, como lo son, entre otras:
* Facilitar la conectividad de la población usurpadora con el resto del continente, aún debiendo soportar que la población importada diga públicamente al mundo que no les interesa conectarse con nosotros;
* Generar por acción u omisión el abaratamiento de la extracción ilegítima y depredatoria de nuestros recursos ictícolas;
* E incluso, por lejos una de las cosas más graves, abrir la puerta a la extracción de un recurso no renovable, como lo es el hidrocarburífero, tan preciado y peligroso de extraer.
Repudiamos todo acercamiento abierta o disimuladamente inconducente a la plena recuperación pacífica de nuestras islas, que es el objeto de nuestros reclamos soberanos, ya que entendemos que la contundencia de nuestros argumentos ameritan una categórica y clara dirección en nuestras políticas de estado, no pudiendo consentir o ver correcto, que en cualquier conversación o negociación entre las dos partes de la disputa, no sea el punto de partida la pronta descolonización del territorio de nuestro soberano pueblo argentino.
Esta actitud y posicionamiento ideológico, tiene fundamento en el aprendizaje histórico y el rol generacional que nos toca y estamos dispuestos a asumir, que apunta a no repetir los errores y tibiezas del pasado que nos dejaron estancados en el sostenimiento de la situación colonial, que vivimos y vamos a seguir sufriendo de continuar con la repetición de las mismas actitudes, emprendiendo y celebrando los mismos fracasados caminos y remedios que, en el pasado, no hicieron más que empeorar la situación colonial en un contubernio vicioso de improvisación, especulaciones, desinterés o simple ignorancia.
Nuestro posicionamiento, no tiene como objeto una nación, imperio o estado indeterminado, sino una potencia específica que siempre que pudo traicionó nuestra buena fe, y no ha tenido para con nosotros, desde la violenta usurpación a la fecha, más que actitudes milimétricamente calculadas para, a cada paso de nuestra historia, perjudicarnos de cualquier manera, incorporando ardides dilatorios para evadir la responsabilidad de desocupar pacífica y prontamente lo que furtivamente usurpó y que, siempre supo, nunca le perteneció.
También, una vez más, queremos volver a dejar expresado nuestro repudio puntual a las actividades militares en aguas argentinas, por parte de una potencia usurpadora declarada como criminal según la Resolución 2621 (ver), que atenta contra la paz internacional al negarse a empezar el proceso de descolonización que enuncia la Resolución 1514 (ver), evadiendo el inicio de las negociaciones recomendadas por Resolución 2065 (ver) y 3160 (ver), que sin importarle realizan todo tipo de actividades y modificaciones unilaterales en contravención con las Resolución 31/49 (ver), y que hoy nos sigue deliberadamente tratando de intimidar al jactarse y anunciarnos que no le interesa ni necesita cumplir con la Resolución 41/11 (ver), que declara al “Atlántico Sur Zona de paz y cooperación”, y solicita, “especialmente a los estados militarmente importantes, reduzcan y eventualmente eliminen la presencia militar en dicha región”, en abierta violación a los propios fines de la Carta de las Naciones Unidas.
Por último, queremos destacar que vemos con alegría la homogeneidad del sentir nacional y la progresiva participación de la comunidad, desde todos los espacios representativos de nuestro país, al ir presenciando atónitos la manifiesta desmalvinización que está mostrando ser calcárea de la pasada, solo diferenciándose en que la actual manera, es aún más perjudicial que la pretérita; y no solo por desperdiciar el viento a favor del contexto internacional, sino por llevar a niveles insospechados la rapidez y aceleración del entreguismo.