(AUDIO) La anunciada “reconversión económica” no se cumple: Anuncian el cierre de otro aserradero
Ricardo “Chueco” Castro adelantó en AIRE LIBRE FM el cierre del aserradero “Don Castro” que se encuentra en Tolhuin. Al final de la entrevista lloró, al decir que tuvo que despedir el 80% de su personal: “No hay ventas y no se le puede pedir a quien no tiene para comer que compre muebles”. Agregando que este año “ya hemos perdido unos 70 mil dólares”. Hace un tiempo cerró el aserradero Fregosini y la firma Mansilla tenía 12 empleados y despidieron 10.
“Don Castro” se dedica a la producción de pallets y muebles de lenga, y pese al acuerdo logrado en marzo para vender muebles para las escuelas provinciales, ese plan del Gobierno provincial no tuvo la continuidad esperada.
Al comenzar las gestiones de Macri y de Bertone, sus funcionarios dijeron que en Tierra del Fuego debería existir una reconversión de la economía, es decir, que disminuya la actividad industrial y se potencie la explotación de los recursos naturales.
Pero lo que sucede en Tolhuin con estos aserraderos, demuestra que tal “reconversión” está muy lejos de concretarse.
El aserradero tenía hasta hace unos meses 28 obreros y hoy quedan solo 6 empleados además de Castro y sus dos hijos. “Hemos despedido casi al 80% del personal que teníamos y nos hemos quedado con solo seis personas para tratar de entregar los pedidos que teníamos”, dijo.
“Estamos para entregar todo lo último que teníamos de pallets y muebles, pero ya no podemos aguantar más, hemos perdido en lo que va del año más 60 mil dólares repartidos entre sueldos y pagos que todavía me quedan pendientes y veré como los pago”, expresó.
Según Castro, el plan del gobierno provincial para elaborar bancos y muebles de lenga para las escuelas “funcionó pero era un paliativo circunstancial, en donde nosotros gastamos hasta 700 mil pesos mensuales en gastos del aserradero y entraban 200 ó 220 mil pesos, y así fuimos cayendo”.
El entrevistado agregó que “en 2016 hicimos casi 11 millones de pesos en facturación, abrimos un local de ventas y una carpintería, aportamos y seguimos invirtiendo, pero llegó un momento en que ahora directamente no se vende nada, no hay nada paliativo, hemos dejado de pagar ingresos brutos, DGI y todos los gastos porque no llegamos”.
“No podemos reponernos, teníamos guardado dinero para comprar un camión y lo hemos gastado en sueldos, ahora llega un momento en que estamos en una crisis tan grave que ni siquiera los planes de Nación nos sirve, porque Nación te pide que tengas todas las cuentas al día y si vos tuvieras todas las cuentas al día no necesitarías de ellos y se complica peor”, afirmó.
Para sumar gravedad al asunto, Castro aseguró que “todo esto hace que no haya controles hacia quienes funcionan como aserraderos, no hay controles del bosque, cualquiera saca madera, no hay control de la entrega de tarimas en las industrias que están trabajando todavía, todos están tratando de salvarse y a los que tratamos de funcionar en regla se nos complica, se pone muy difícil”.
Además asegura que no ha recibido respuestas en sus pedidos a los sectores políticos. “Yo he hecho las notas correspondientes a un lado y al otro pero no he encontrado eco, y lamentablemente en nuestro pueblo que depende mucho de los aserraderos todos estamos cayendo, yo seré uno más y ahí vamos a quedar”.
En este orden recordó que “el aserradero de Fregosini cerró, pagó a todos los empleados y cerró; Mansilla dejó a doce empleados solos que tenía el aserradero y está trabajando en la carpintería nada más que para entregar los muebles que le pidió la provincia. Todo eso paliativo, no sirve, nos estamos yendo de a poco todos”.
Y aseguró que “los políticos actuales no se dan cuenta a donde estamos cayendo, y que va a ser muy difícil volver a surgir después y hacer algo”.
LA INVERSION DE CASTRO
Castro recordó que desde que comenzó en el rubro “hice locales de venta, carpinterías, tomé gente, hice todo lo que debería hacer, pero no llego al final para ver si realmente se pudo hacer algo. Si sé que durante este año y medio le di de comer a mucha gente, que tenía una ilusión muy grande de hacer muebles de lenga, de ver locales llenos con mi mercadería. Pero si no hay gente que tenga para comprar para comer, no va a tener para comprar un mueble. Eso es así”.
“Acá quedamos en la calle, acá tenemos familias de siete u ocho años trabajando para la empresa, y tengo que decir que quedamos en la calle. Les quiero trata de pagar para que el que quiera ampliar o construir su casa lleve la madera de acá para hacerlo. Yo sé que la he peleado, pero no llegué”. “Sepan que hemos luchado para eso, ojalá nos ayude algún político”, dijo finalmente.
(AUDIO) Aire Libre 963: