Resaltaron la figura del general Manuel Belgrano

El Municipio de Río Grande organizó y llevó adelante el acto de conmemoración para homenajear a nuestra Enseña patria y a su creador, el general Manuel Belgrano.

El multitudinario acto se llevó a cabo en el Polideportivo ‘Carlos Margalot’ de Chacra II y contó con la presencia de las fuerzas vivas de la ciudad, autoridades nacionales, provinciales y municipales, consulares, militares y de fuerzas de seguridad, además de instituciones y asociaciones de la sociedad civil. Cabe resaltar la presencia de distintos establecimientos educativos, desde el nivel inicial hasta el secundario.
Con los acordes del Himno nacional, ejecutados por la Banda de Música del Municipio, las autoridades presentes izaron el Pabellón nacional y luego todos los presentes entonaron las estrofas del Himno nacional.
El evento cívico fue encabezado por el Concejal Alfredo Guillén, a cargo del Ejecutivo municipal; la Senadora Nacional Rosana Bertone; el Diputado Nacional y titular de la UOM Río Grande, Oscar Martínez y su par Verónica González; la Legisladora Provincial Myriam Martínez; el Concejal Esteban Martínez; el Presidente de la Cámara de Apelaciones, doctor Julián Demartino; el Cónsul General de Chile en Río Grande, Ministro Consejero Alejandro Rogers; la titular de la Liga de Amas de Casa de la República Argentina, Irma Muñoz; el Comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral –FAIA-, Capitán de Navío Gustavo Cordero; el Jefe de la Base Aeronaval Río Grande, Capitán de Fragata Martín Rodolfo Lucero; el titular del Escuadrón 62 de la Gendarmería Nacional, Comandante Principal Ángel Lotero Medina; el Jefe de la Prefectura Naval Río Grande, Prefecto Cristian Javier Oscar González; el Presidente del Centro de Veteranos de Guerra ‘Malvinas Argentinas’ César Atilio González; el responsable de la Subdelegación de la Policía Federal Argentina en Río Grande,
Subcomisario Claudio Alejandro Bravo; el Comandante del BIM Nº 5 Esc, Capitán de Fragata de IM Leonardo Natán Gómez; el Comandante del Destacamento Naval Río Grande, Capitán de Corbeta Juan Manuel Espíndola; el Concejal (mc) Julián Baeza; representantes de la Policía de la Provincia, directivos, docentes, padres y alumnos de las distintos jardines de infantes, escuelas y colegios de la ciudad, como asimismo la Asociación de Colectividades Extranjeras.
Representando al Ejecutivo municipal estuvieron presentes los secretarios Paulino Rossi (Gobierno), Federico Runín (Finanzas), Jorge Coldorf (Obras y Servicios Públicos) y Gabriela Castillo (Asuntos Sociales).
El único orador fue el concejal Guillén, quien en un breve discurso enfatizó en la fecha 27 de febrero de 1812 cuando el General Belgrano enarboló en Rosario por primera vez la Bandera nacional a orillas del Paraná “en el marco de la lucha por la independencia nacional”.
Asimismo el Edil comparó esa lucha “con la que llevaron nuestros combatientes en Malvinas, que lo hicieron por nuestra dignidad nacional, muchos de ellos dejando sus vidas en ese querido suelo”.
El concejal Alfredo Guillén resaltó además que “aquí en este gimnasio están representadas todas las patas que componen la sociedad” y reflexionó sobre “la libertad y la dignidad que nos legaron aquellos que lucharon por nuestra independencia y que hoy disfrutamos”.

Belgrano, uno de los próceres más importantes de la Nación

El General Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació el 3 de junio de 1770 en Buenos Aires, se educó en el Real Colegio de San Carlos con la mejor formación que podía encontrarse en la colonia en el último cuarto del siglo XVIII, aprendiendo junto con las primeras letras “la gramática latina, filosofía y algo de teología”.
Partió luego a España, a estudiar leyes en Salamanca, Valladolid y Madrid, para recibirse de abogado, finalmente, en la cancillería de Valladolid.
En 1793 (con sólo 23 años de edad) fue designado Secretario perpetuo del Consulado de Buenos Aires, un organismo con funciones económicas y técnicas, relativas al comercio y la producción. En este rol, Belgrano desarrollará una ardua actividad en la promoción de la industria colonial, de la mejora de la producción agrícola y ganadera, y de las formas de comercio.
Publica también la obra Principios de la ciencia económica-política, y se encarga de difundir en Buenos Aires los trabajos acerca del liberalismo económico de Adam Smith. Además se dedica con mucha atención al periodismo colaborando con el Telégrafo Mercantil (entre 1801 y 1802).
En 1806 se producen las primeras invasiones inglesas. El acontecimiento despertó todo el celo patriótico del joven abogado, quién encontró en la tarea de promover la independencia su más alto cometido.
Sin haber vestido nunca un uniforme, ni haber recibido instrucción, se hizo militar.
Sin embargo, los sucesos europeos alentaron la revolución y Belgrano protagonizará el movimiento independentista.
De inmediato, se lo convoca para dirigir una campaña militar al Paraguay, a fin de propagar la revolución. Y a pesar de su escasa experiencia militar, se las arregla para instituir la subordinación y el orden en las tropas, haciendo del respeto por la población civil la máxima premisa de la expedición.
Ya todos reconocen en él las virtudes comunes a muchos patriotas, como la honestidad, la probidad y la austeridad, combinadas con una particular moderación, que para muchos era signo de debilidad de carácter. Por más, su voz, marcadamente aflautada, y su poca firmeza en los ademanes y gestos, lo hicieron aparecer como impropio de la milicia. Estas percepciones ayudaran, por ejemplo, a que sea reemplazado del mando del Ejército del Norte, que debió a entregar a San Martín en 1814, luego de los desastres de Vilcapugio y Ayohuma. Para entonces, con una suerte desigual, Belgrano había comandado el ejército durante un año, demostrando su vocación patriótica de la manera más cruda, y grandes cualidades como jefe.
Ya había sucedido también el episodio de creación de la Bandera nacional, jurada por primera vez a orillas del río Paraná, en Rosario, en febrero de 1812.
A comienzos de 1815, Belgrano abandona completamente sus funciones militares y es enviado a Europa, junto a Rivadavia y Sarratea, en funciones diplomáticas. Conoce allí al célebre naturalista Amado Bonpland, y lo convence de venir a América, a estudiar la naturaleza y el paisaje de estas regiones.
También se destacará como diplomático, desarrollando una importante labor propagandística, cuya finalidad es que la revolución sea reconocida en el Viejo Continente.
Regresa al país en julio de 1816 y viaja a Tucumán para participar de los sucesos independentistas, donde tiene un alto protagonismo. Tres días antes de la declaración de la Independencia (9 de julio de 1816), declama ante los congresistas e insta a declarar cuanto antes la independencia.
Más tarde, Belgrano seguirá desarrollando una ardua actividad político-diplomática: por ejemplo, será el encargado de firmar el Pacto de San Lorenzo con Estanislao López que, en 1919, pondrá fin a las disputas entre Buenos Aires y el litoral. Además, volverá a encabezar el Ejército del Norte, en el cual, gracias a la fama que gozaba entonces como jefe y patriota, será vivamente admirado por la tropa.
Aquejado por una grave enfermedad (hidropesía) que lo minó durante más de cuatro años, y todavía en su plenitud, el prócer murió en Buenos Aires el 20 de junio de 1820, empobrecido y lejos de su familia (si bien no se casó, de sus amores con una joven tucumana nació su única hija, Manuela Mónica, que fuera enviada por su pedido a Buenos Aires, para instruirse y establecerse).
Culminaba así una vida dedicada a la libertad de la Patria y a su crecimiento cultural y económico. En este sentido, se destaca de Belgrano que fue el promotor de la enseñanza obligatoria que el virrey Cisneros decretó en 1810. Se destaca también su labor como periodista (después de su actuación en el Telégrafo Mercantil, creó el Correo de Comercio, que se publicó entre 1810 y 1811, y en el cual se promovió la mejora de la producción, la industria y el comercio); y como fundador de la Escuela de Matemáticas (en 1810, costeada por el Consulado), y de la Academia de Matemáticas del Tucumán, que en 1812 instauró para la educación de los cadetes del ejército.