Argentina, con “Kiki” Vaporaki, se consagró campeón de las eliminatorias en Brasil
La Selección argentina masculina escribió este domingo una de las páginas más importantes de su historia al consagrarse por cuarta vez campeón de Sudamérica, al coronar con un título su camino en las Eliminatorias rumbo al Mundial de Lituania, gracias a un triunfo de remontada 3-1 frente a Brasil, en Carlos Barbosa, la capital nacional del Futsal brasileño. Constantino Vaporaki, oriundo de Ushuaia, marcó el 2 a 1 parcial.
De esta forma, luego de las Eliminatorias en Gramado, Brasil, en 2012, y las Copas América de Asunción 2003 y Portoviejo 2015, la Albiceleste se subió a lo más alto del podio, tras una semana en la que fue de menor a mayor y cerró con un trabajo muy sólido en todas las líneas, principalmente en las manos de su arquero Nicolás Sarmiento.
Pero además fue una muestra de carácter, del grupito de 20 argentinos dentro de un estadio repleto por 4000 brasileños, que deliraron con el golazo de media chilena de Pito, que abrió el marcador, después que Argentina había contado con la más clara en una volea de Maxi Rescia al travesaño.
Con una intensidad y aplicación defensiva clave, el entrenador Matías Lucuix pidió minuto tras el golpazo del gol y tranquilizó los ánimos, lo que resultó clave para el empate de “Titi” Borruto, que desvió en el área un zurdazo de Leandro Cuzzolino para el 1-1 que silenció el estadio “Sergio Luiz Guerra” y que significó el primer gol en contra para los locales en todo el torneo.
Brasil, conducido por Marquinhos Xavier, salió con todo el complemento y cascoteó el arco de un Sarmiento que se lució con tres atajadas fundamentales ante los tiros de media distancia de Dyego y Gadeia.
Y justo cuando más lo necesitaba, llegó el gol que hizo el click del partido: Trípodi se filtró por el medio de la cancha y asistió al costado a “Kiki” Vaporaki, que con un hermoso puntazo desde un ángulo cerradísimo venció a Guitta y dio vuelta el tanteador.
La desesperación de Brasil por llegar rápido al empate fue su peor decisión, porque Lucuix mandó a la cancha a “Titi” Borruto, que armó un par de apiladas, y en la última generó la expulsión de Rocha, que lo bajó entrando al área y vio la segunda amarilla.
Casi sin tiempo para poder hacer cambios que reorganicen su defensa, Brasil fue un espectador de lujo en el 3-1: la pelota le llegó a Taborda al vértice izquierdo del ataque y el cierre del Pesaro de Italia la colgó del ángulo después de controlar y elegir su momento.
A partir de ahí, Argentina tuvo que dedicarse a defender, porque quedó en penalización de faltas y, aún más, creció la figura de Sarmiento, para contener una y otra vez los intentos de los brasileños, que sacaron a relucir su jerarquía individual.
Pero la historia ya estaba marcada, el hambre de competitividad de este grupo de jugadores y cuerpo técnico no iba a permitir que se escape la victoria y poder sacarse la espina de la Copa América de San Juan 2017.
La mejor manera de llegar a la defensa del título Mundial en Lituania 2020. Abran paso, acá llega Argentina!