Argentina, un país en discusión permanente

Mauricio Macri y Miguel Pichetto.

La violencia del relato en Argentina crece día a día alimentada por los sucesos que ocurren en el país. Mientras se discute una reforma laboral que afectaría a la clase obrera en pos de la competitividad empresarial, sumado a los nuevos cálculos para las jubilaciones y cambios en los impuestos, dos hechos están ocupando la opinión pública: la muerte de Rafael Nahuel en un desalojo del grupo Albatros de la Prefectura Naval en los predios del Parque Nacional rionegrino de Villa Mascardi enmarcado en el conflicto mapuche en la Patagonia y los 44 submarinistas que yacen perdidos en el mar argentino.

Temas para debatir en este país nunca se van a terminar. Este año, el caso que más repercusión causó fue el de Santiago Maldonado, un joven de 25 de mayo que protestaba junto a un grupo mapuche en la Ruta 40 y desapareció tras el desalojo de la Gendarmería. La pericia confirmó que murió ahogado y que el cuerpo permaneció más de dos meses en el agua, pero en el medio de todo el proceso que duró cuatro meses hubo marchas masivas, episodios confusos en Plaza de Mayo con la Policía y muchas acusaciones en un hecho que se volvió político al punto de que la ex presidenta Cristina Fernández en plena campaña para senadora fue a la misa con la foto del artesano que murió el 1° de agosto.

Luego de las elecciones, y la división que genera ese momento en la sociedad debido a los agresivos discursos que se visualizaron en los medios de comunicación, la tensión social bajo y la discusión fue en torno a las reformas anunciadas por la Nación. Pero antes que cierren estas negociaciones con las provincias, los gremios, el empresariado y los legisladores ocurrió un hecho que corrompió con el orden general.

Los 44

El 15 de noviembre se perdió el submarino ARA San Juan con 44 tripulantes en el mar argentino. Viajaba desde Ushuaia a Mar del Plata y se habría extraviado en una zona cercana a Comodoro Rivadavia aunque aún no fue encontrado. El primer día de diciembre, la Armada Argentina a través de su vocero, el capitán Enrique Balbi (que fue uno de los rostros más vistos y una de las voces más escuchadas en los últimos días), confirmó que “ya no se buscaban sobrevivientes”.

“El señor Presidente (Mauricio Macri) tiene que escuchar y ver el dolor que tenemos los familiares y debe venir para acá”, expresó Marcela Moyano, esposa del tripulante Hernán Rodríguez, y explicó que la movilización del domingo pasado se organizó “por búsqueda y rescate porque, como decimos desde un principio, si ellos se los llevaron, ellos los tienen que traer”, dijo en referencia a las autoridades nacionales. Familiares y personas que se acercaron a acompañarlos, recorrieron seis kilómetros a pie en Mar del Plata para que no se pare la búsqueda del submarino.

En un tenso cruce con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, un día después de confirmarse que no se buscaban sobrevivientes, los familiares lo increparon y al grito de “están vivos” interpelaron a uno de los hombres más discutidos del gobierno de Macri.

Ahora el debate se expresa en las responsabilidades y que rol deben tener las Fuerzas Armadas en el país tras los años de la dictadura militar, en la misma semana que condenaron a 48 genocidas en la megacausa de la ESMA. “Altos funcionarios políticos sospechan que la fuerza retiene información sobre las comunicaciones que el ARA San Juan mantuvo con sus superiores en tierra, antes, durante y después de que el submarino reportara problemas serios de navegación”, publicó el periodista Hugo Alconada Mon en La Nación.

Un tiro por la espalda

Otra área que también está en la mira de los opositores al actual régimen, el Seguridad. La titular de la cartera, Patricia Bullrich, brindó una conferencia junto al ministro de Justicia, Germán Garavano, tras la muerte de Rafael Nahuel: “Llevamos adelante una acción legal y legítima, totalmente enmarcada en la ley”, expresó Bullrich.

Y dijo que desde el Ejecutivo están abiertos al diálogo “con todo grupo pacífico”, pero insistió en que no “va a haber ningún diálogo con grupos violentos que violan la ley”.

Ambos ministros criticaron el accionar del juez que “no ingresó al lugar del hecho para investigar la escena” y va en concordancia con la crítica que tiene este gobierno sobre el Poder Judicial, que se plasmó en la “persecución” de algunos jueces federales de Comodoro Py como Daniel Rafecas, Ariel Lijo y Rodolfo Canicoba Corral que están “en la mira de Macri”, según escribió el prosecretario de redacción del diario de Bartolomé Mitre.

Luego de estas declaraciones que aumentan el grado de violencia sobre grupos que han sido denominados “terroristas” por funcionarios, periodistas y personalidades afines a Cambiemos, el bloque del Frente para la Victoria (FPV), citó a la ministra Bullrich a Diputados para tratar su juicio político pero la sesión no llegó al quórum.

El Presidente respaldó a Bullrich y dijo que “por supuesto hay que investigar” el accionar de las fuerzas, pero al mismo tiempo se les debe devolver el rol institucional en la sociedad. “Hay que volver a la época en la que dar la voz de alto significaba que había que entregarse”, señaló.

La autopsia a Rafael Nahuel determinó que el joven, de 22 años, oriundo de Bariloche, murió por una bala calibre 9 milímetros, que le ingresó por el glúteo izquierdo y en un recorrido lateral ascendente comprometió varios órganos vitales hasta quedar alojada en la axila derecha, sin orificio de salida.

El calibre del proyectil se corresponde con el usado por la patrulla Albatros, el grupo de elite de la Prefectura Nacional, que portaba pistolas-ametralladoras MP5, además de armas con cartuchos de tinta y bombas de estruendo, durante el patrullaje en el predio de Villa Mascardi.

“Nadie del Estado se comunicó conmigo”, dijo entre lágrimas la madre de Rafael Nahuel. Negó que su hijo pertenezca a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), un supuesto grupo terrorista que atenta contra la democracia Argentina en el sur del país.

Macri y Moyano

De manera simultánea a estos dos hechos que involucran a las fuerzas armadas y de seguridad, en el Congreso se negocia la reforma laboral, que entró en suspenso tras las declaraciones de Pablo Moyano, hijo del sindicalista Hugo Moyano, que conducen al gremio de Camioneros e influyen de manera directa en la CGT: “Acá está la Banelco”, dijo Pablo en referencia al caso de las coimas en el Senado cuando se intentó aprobar una ley similar en la gestión de Fernando De la Rúa. Una movilización convocada por una multisectorial rechazó la reforma en una marcha al Parlamento.

Las críticas de estos sectores frenaron el proyecto que impulsa el oficialismo y negocia el jefe del bloque justicialista, senador Miguel Ángel Pichetto que tras aprobarse las reformas previsional y tributaria señaló: “Nos tocó la ingrata tarea de votar esto”.