Crisis económica: La asistencia social en RG aumentó este año un 50%
Ivana Ybars, secretaria de Género y Desarrollo Comunitario del municipio riograndense habló en AIRE LIBRE FM sobre varios temas. La asistencia social que aumentó en un 50% en los últimos meses por la crisis. Mencionó la cantidad de comedores y merenderos que a los cuales ayudan. Y cuáles son las perspectivas de lo que puede ocurrir en los próximos meses.
La funcionaria comenzó explicando que “nosotros continuamos con la asistencia, como lo hemos hecho a lo largo de toda la primera gestión del Intendente Martín Pérez en la ciudad. Claramente, el contexto y los actores se han modificado grandemente, y eso nos obliga a repensar la inversión social para la ciudad, porque hay un actor clave, que es el Gobierno Nacional, que se ha corrido por completo en lo que refiere al apoyo en las ciudades, por ejemplo, con programas alimentarios, con programas de salud, con programas de género. Entonces, bueno, si bien nosotros pensamos toda una estructura, y para poder hacer un acompañamiento a la comunidad en todas sus necesidades, lo pensamos en un contexto y con actores que eran muy diferentes a los que estamos hoy. Eso nos obliga a que cotidianamente estemos evaluando y reforzando, viendo cómo hacer para llegar a los vecinos que más lo necesitan. En este contexto, que como vos decís, es una crisis muy grave que está golpeando a las vecinas y a los vecinos de las ciudades, eso lo vemos todos los días en nuestra secretaría”.
Con respecto a los números, para hacer comparaciones sobre el trabajo de asistencia, ¿qué nos puede informar?
“Para que tengan una idea, nosotros en diciembre del año pasado acompañábamos alrededor de 3.000 familias con el programa alimentario municipal. Hoy eso aumentó en un 50%. Son 4.500 las familias que estamos acompañando con la entrega de módulos que nosotros lo estamos haciendo ahora.
Consiste en la entrega de alimentos secos, frescos, frutas, verduras. Y de ese número que te estoy diciendo, entre un 25% y un 30% corresponde a demandas espontáneas, gente que antes no estaba en el programa y que hoy no llega a fin de mes, que se le cayó su empleo, que trabajaba quizás en la economía popular o del trabajo de changas, de hacer cuestiones que no eran cotidianas, pero que le permitían su subsistencia. Hoy toda esa economía popular ha tenido una contracción increíble. Entonces esas familias necesitan volcarse hacia el municipio para esto, ¿no? La seguridad alimentaria, que es algo sumamente básico para todas las familias”.
¿En qué consiste ese módulo y cuántos días le puede durar a una familia?
“Son alimentos secos, no tengo bien el detalle de todos los alimentos que trae, pero trae fideos, levadura, harina, leche, hierba, todo ese tipo de alimentos. Después son cerca de 8 kilos de verdura y frutas y pollo. Claramente esto es un paliativo y es algo que acompaña a las familias, que no le permite que coma todo el mes, pero sí es el acompañamiento posible en este contexto”.
Usted dice que hubo un aumento del 50% entre diciembre y la actualidad, en familias que asisten. ¿Creen que ese número puede ir en aumento o no?
“En perspectiva creemos que va a haber un aumento. De hecho para nuestra próxima licitación estamos pensando en el incremento en la cantidad de módulos que vamos a adquirir, porque no vemos que a futuro hayan políticas que estén destinadas a la redistribución del ingreso, al fomento del empleo. La verdad que cada vez se caen más empleos y entonces esto nos pone en una situación cada vez más delicada, por lo cual nosotros entendemos que vamos a tener que ampliar la inversión social que estamos haciendo. Eso por el lado del programa alimentario municipal, que acompaña a las familias individualmente.
Pero por otro lado nosotros también tenemos el acompañamiento a comedores y merenderos de la ciudad, que también en ningún momento hemos dejado de acompañar, incluso en las vacaciones de enero, febrero, cuando mermó muchísimo el acompañamiento hacia estas organizaciones, nosotros la hemos mantenido y estamos ahí tratando de trabajar todos los días para mejorar ese acompañamiento, mejorar la fiscalización, cómo se audita cada comedor, qué es lo que hacen cuando cocinan, cómo los podemos acompañar y a la par de eso también acompañamos a través de actividades comunitarias en el barrio, en el territorio, porque entendemos que es ahí donde tenemos que estar”.
¿Qué cantidad de comedores o merenderos están funcionando en Río Grande en estos momentos, que ustedes tengan confirmados, que estén auditados?
“El municipio tiene 84 comedores en su registro. Tenemos ahí un número que fluctúa de unos 10 que están solicitando altas, algunos que estamos evaluando quizás alguna baja a partir de estas auditorías que hacemos. Así que estamos alrededor de los 90 comedores, entiendo”.
¿El trabajo para auditar esos comedores se hace siempre o comenzaron a auditar en base a las informaciones que estuvo brindando Nación sobre algunos comedores, especialmente en la provincia de Buenos Aires, que no existían o supuestamente que no existían?
“Nosotros siempre llevamos adelante una fiscalización del trabajo que se hace en cada comedor. Para eso también tenemos el acompañamiento de la comunidad, que siempre nos está informando de alguna situación que pueda no ser regular o que pueda haber algún problema.
La comunidad es muy comprometida en ese sentido con nosotros, llega esta información. Pero no es algo que hicimos a partir de las denuncias del Gobierno Nacional.
Personalmente creo que están como muy agarradas, muy livianamente esas denuncias, porque lo han hecho a partir del RENACOM, que es el Registro Nacional de Comedores, que se implementó después de la pandemia, donde vos, Daniel, o yo podíamos anotar que queríamos tener un comedor, pero que después tenías que pasar una auditoría, te tenía que visitar un trabajador social y recién ahí pasabas a la lista de comedores donde te brindaban el alimento. Claramente de los cerca de 40.000 comedores que habían ahí, no pasaron ese proceso, por lo cual no son todos comedores. Entonces ya partiendo de que tomaron ese número, no estaría bien. Es decir, no estaba actualizado. Uno, por la misma experiencia que tiene en la administración pública, en el trabajo cotidiano y todo, sabe que para hacer una auditoría de 40.000 comedores se requiere de un tiempo y de una logística y de unos recursos que el Ministerio de Capital Humano no tiene, porque básicamente echó a mucha gente, porque cerraron los centros locales en cada provincia. Entonces yo digo, bueno, ¿cómo lo hicieron? Y entonces, bueno, me genera muchas dudas eso que ellos plantean, pero sí entiendo que las auditorías son necesarias”.
Volviendo a la asistencia en Río Grande, decía que son casi 90 los comedores. ¿Qué tipo de asistencia se le brinda de parte del municipio a esos comedores o merenderos?
“Lo que hacemos es, tenemos desarrollado un pack, que lo ha desarrollado una nutricionista, que es para 20 personas, en las cuales se incluyen alimentos secos, alimentos frescos y pollo. Ese pack, en realidad para 20 personas, nosotros lo que hacemos es decir, bueno, si el comedor tiene 50 familias o 100 familias, nosotros vamos a acompañar alrededor de un 40%, porque entendemos que tiene que haber una corresponsabilidad, no solo desde el municipio, sino también desde provincia, desde el gobierno nacional, desde el mercado y desde la propia comunidad, que acompañen el funcionamiento de estos comedores comunitarios.
Entonces nosotros acompañamos en una parte, no es que cubrimos todo lo que necesitan para cocinar. Y bueno, dentro de los alimentos secos, nuevamente, tenemos puré de tomate, fideos, arroz, yerba, un montón de cosas que están incluidas dentro del pack, además de las verduras y además del pollo.
Y después, de acuerdo a la cantidad de familias que cada comedor tiene, es la cantidad del pack que se les entrega. No es que a todos los comedores se les da la misma cantidad, porque todos tienen poblaciones diferentes”.
Es similar la ayuda para todos los comedores, porque, me imagino que algunas personas dan solamente merienda y otros viandas.
“Alrededor del 30% de los comedores atiende entre 20 y 40 familias. Y cerca de un 40% atiende entre 40 y 60 familias. Entonces vos fíjate que tenemos un 70% de comedores que atienden entre 20 y 60 familias, que eso se traduce en 100 personas, 120, de acuerdo a la conformación de cada grupo familiar, que nosotros estamos haciendo un trabajo también de ordenar eso y de hacerlo como cada vez más fino para saber bien las poblaciones a las que atendemos. Entonces eso nos va a permitir después dar un paso, un salto de calidad en, por ejemplo, nutricionalmente qué es lo que podemos ofrecer o no.
Pero, bueno, para eso requerimos de un compromiso y un trabajo de las organizaciones que entreguen los listados, que pasen la información, que ya te digo, yo la verdad reconozco muchísimo el trabajo que hacen los referentes de cada comedor comunitario, porque lo hacen en sus propios domicilios, con su propio tiempo, sin que nadie les pague, cocinan y se dedican a la comunidad de una manera que es muy loable y que no todas las personas hacen.
Y ese entramado territorial a nosotros nos permite llegar a familias que quizás no podríamos hacerlo de otra manera”.
Más allá de la asistencia en comedores o merenderos. ¿Qué pasa con otras familias que quizás se han quedado sin trabajo o quizás cobran, no sé, una jubilación, la persona no le alcanza? Porque también está ese otro tema. Hay personas que son o viven solas o cobran una pensión o cobran un sueldo mínimo y ahora han aumentado los servicios también, que no les alcanza. ¿Qué pasa con esa asistencia?
“Con el tema de los servicios, por ejemplo, con la presentación del amparo, que es una acción fundamental en la que todo el arco político se pudo poner de acuerdo y decir esto no puede darse en una ciudad como la nuestra, con las características climáticas que tenemos, donde el gas es un elemento de primera necesidad.
Y yo el fin de semana estuve visitando a una vecina en Chacra 13, por ejemplo. Le vino 150 mil pesos de gas. Dice, entre todos, dice, mis hijas, mis hijos me ayudaron a pagar el gas.
Pero yo me imagino sostener eso en el tiempo, es imposible. Nosotros también, de todas maneras, ahí también hemos tenido, pero ya un aumento mucho mayor del 150% en lo que es la demanda de la gente ante estas situaciones. Nosotros no pagamos servicios, no pagamos alquileres ni nada de eso, pero otorgamos subsidios para que la persona lo pueda administrar y que pueda, por ejemplo, destinarlo a la compra de alimentos o a lo que más necesite en ese momento y que quizás el dinero de la pensión o el dinero que tiene lo pueda destinar al pago de alquiler o a alguna otra actividad”.
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