Desde el Ministerio de Educación denuncian nuevos ataques vandálicos
Tras una semana envuelta en polémicas por el estado de las instituciones educativas, protestas y denuncias por vandalismo, la cartera educativa informó a través de un comunicado de prensa que “las instituciones educativas de Tierra del Fuego siguen sufriendo el accionar de delincuentes que con el único objetivo de atentar contra la educación pública, produjeron destrozos en el gimnasio de la Escuela 15 de Ushuaia”.
“Esta vez el blanco de los malvivientes fue el sistema de calefacción del gimnasio, cuando esta mañana uno de los trabajadores descubrió que las paredes del espacio donde se alojan las calderas, fueron derribadas aparentemente a patadas y los cables de la caldera desconectados”, señalaron desde el Gobierno provincial.
Y agregaron: “El trabajador dio cuenta que al abrir con la llave la puerta del ambiente destinado a los 4 sectores de caldera que posee en el lugar, observó un desorden dentro del sitio , dado que se encontraba dañada la pared de durlock, y sus trozos tirados en el piso, como así también advirtió la remoción de una rejilla de ventilación, ubicada en el sector externo mas precisamente detrás de la pared violentada. También observó que dos cables de dicho equipo (caldera) se encontraban desenchufados y una tapa removida de su posición original”.
“En el lugar se labró acta conjuntamente con personal de Policía científica, en tanto en las puertas lindantes al sector de calderas se lograron visualizar dos huellas de pie calzado sobre las mismas. Finalizadas las pericias se conectaron los dos cables desenchufados constatando que la caldera funcionaba con normalidad”, señaló el comunicado.
Este nuevo episodio se suma a los recurrentes sabotajes ocurridos en las últimas semanas y que el Gobierno provincial ya denunció judicialmente. En la Escuela de Tolhuin, manos anónimas dejaron abiertas un par de hornallas provocando una gran pérdida de gas. Lo mismo sucedió en el Colegio Ernesto Sábato de Ushuaia. Además, se viene utilizando la modalidad de denuncias telefónicas anónimas para crear alarma en la comunidad educativa, alertando sobre presuntas pérdidas de gas que posteriormente se comprueba que no existen, pero que debido a la necesidad de llevar adelante un protocolo de actuación para estos casos, derivan en la suspensión de las actividades en los establecimientos.