DIA 128: Mario Cornero es designado gobernador territorial
En estas semanas recorremos la historia de los gobernadores de esta tierra fueguina, en capítulos anteriores relatamos como se organiza el territorio nacional y con la residencia de Nicolás Avellaneda, se designa a Félix Paz como primer gobernador del territorio. Hoy conoceremos la historia de Mariano Cornero, médico de profesión y marino por adopción, es designado como segundo gobernador de la Tierra del Fuego, para continuar el mandato interrumpido de Paz.
El segundo gobernador del territorio fue el doctor Mariano Cornero, quien debió afrontar las mismas dificultades que su predecesor: luchar contra el aislamiento y la enemistad del Ingeniero Popper. El nuevo funcionario, graduado en medicina en la Universidad de Buenos Aires, se había incorporado a la Armada como practicante mayor. Durante algunos años se destacó en esa función y posteriormente viajó a Europa a especializarse en técnicas hospitalarias. A su regreso y con 34 años de edad se lo asignó para cumplir este cargo.
A pesar de las desventajas que significaba gestionar desde este sitio, continuó organizando el territorio para afianzar la presencia del Estado, estableciendo la primera escuela primaria (diurna y nocturna) en Ushuaia, la estafeta postal, el Registro Civil y el Juzgado de Paz, conforme lo establecía la ley Orgánica de los Territorios Nacionales. También fundó un destacamento policial en Puerto Cook (en la isla de los Estados) y realizó una expedición de reconocimiento de su jurisdicción.
En 1891 logró que la firma Ravié y Compañía instalara un aserradero en Lapataia, luego de conseguir de la Oficina de tierras y colonias la adjudicación de 30.000 hectáreas para la explotación forestal. Con la implementación de ese proyecto se constituyó la primera industria forestal de la isla.
La marginalidad del territorio se acentuaba con la irregularidad del transporte nacional, paralelamente a que declinaba la actividad minera en el norte y la mercantil de la capital. Por otro lado el número de habitantes permanecía estable y ante su requerimiento, solicitó al gobierno nacional autorización para el traslado de ganado desde las islas Malvinas, como una opción de explotación, ante la falta de alternativas propuestas desde el Ministerio del Interior para promover el desarrollo de la región.
También había sugerido un plan para construir una penitenciaría en un paraje cercano sin erogaciones al fisco, al realizar el proyecto con mano de obra penal. Esta iniciativa que no fue aceptada, difería considerablemente de la que se proyectó posteriormente, ya que no proponía una colonia penal.
En 1892 recibió la visita de Monseñor Fagnano, el superior de los salesianos en la Patagonia. El obispo se trasladó hasta Ushuaia para organizar la capellanía que le había adjudicado al padre José María Bouvier y encarar la construcción de una capilla, contando con su apoyo para materializar la presencia de la iglesia católica en la capital de la gobernación.
Para entonces Julio Popper, el minero rumano, hizo sus propias peticiones ante el gobierno sobre inmensas concesiones territoriales para dedicarse también a la actividad ganadera, por los magros resultados que venía obteniendo en su actividad originaria. Ante el pedido de informe al gobernador para acordarle lo requerido, éste desestimó la entrega de las 375.000 hectáreas que solicitaba. La respuesta de Popper no tardó en llegar, acusando a Cornero de mal uso del presupuesto de la gobernación. La denuncia derivó en el envío de un comisionado especial para verificar las acusaciones y notificar sobre el estado de la gobernación.
Si bien, no se encontró ningún tipo de irregularidad en su desempeño, el informe no le fue favorable en cuanto al orden y a su carácter, recomendando el funcionario al gobierno nacional, se lo permutase por otro con mayores condiciones para desempeñar el cargo. Mientras continuaron las querellas en los tribunales federales se lo mantuvo en funciones, pero en 1893 finalmente
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