DIA 129: Pedro Godoy inicia su primer gobierno

En este día, nuestra historia es sobre el tercer gobernador del territorio nacional, Pedro Godoy.

Pedro Godoy inició su mandato en forma interina, ante la posibilidad de suprimirse la gobernación por las dificultades que presentaba su administración. Sin embargo, al no concretarse el proyecto, logró ser ratificado y reelecto para un segundo período, tras conseguir que se evidenciaran algunos signos de progreso.

El teniente coronel Pedro Godoy fue nombrado en forma interina para suceder a al gobernador Cornero, ya que por entonces el Poder Ejecutivo Nacional estudiaba la posibilidad de suprimir la Gobernación e incorporarla a la de Santa Cruz, por las dificultades que presentaba su administración.

Una de las directivas que se le encomendó, fue que en el viaje hacia su destino, observara los distintos poblados y propusiera medidas para el desarrollo de la región y la explotación de sus riquezas naturales. Las impresiones que se llevó en general no fueron muy positivas, y sobre el territorio que iba a gobernar en particular, concluyó que no se podía percibir ninguna acción civilizadora de la República. Por ello, una de la primeras medidas que tomó Godoy fue invertir la suma de dinero que le habían adjudicado para la construcción de la residencia y sede de la gobernación, en la compra de los elementos necesarios para el establecimiento de un aserradero, medida que le proporcionaría otros beneficios, como la posibilidad de construir, además, casas para los funcionarios, la sede de la policía, la escuela, las oficinas del registro civil, el juzgado de paz y una capilla.

El gobernador tomó distancia de sus antecesores al proponer, en su informe de 1893, la fundación de un Depósito de Penados y una escuela de carpintería de ribera, buscando otro tipo de alternativas económicas en la jurisdicción a su cargo. El primero podría explotar la seca y salazón de cueros de lobo y el aprovechamiento de su aceite, con cuyos ingresos se podría cubrir el sostenimiento del penal, y la escuela de carpinteros debería costearse con lo que produciría.

La falta de población era uno de los problemas más difíciles de resolver, por la inexistencia de incentivos y las desventajas del lugar para el asentamiento. Por esta razón los funcionarios reclamaban constantemente para que se promoviera el establecimiento de poblaciones, especialmente a partir de conocerse los resultados del segundo censo nacional.

La Armada emplazó un servicio regular con los transportes Villariño y Ushuaia para cubrir las necesidades de carga, pasajeros y correspondencia, con una frecuencia de 45 días. Sin embargo, para ello, destinó un transporte que ya había sido puesto al servicio exclusivo de la gobernación de Tierra del Fuego como “corre-costas”. Al poco tiempo se debió exigir la devolución del buque para volver a realizar este servicio, tan necesario para los fueguinos ante la falta de medios estables de comunicación.

La sanción del Código Rural para los Territorios Nacionales en 1894 regulaba la convivencia en estas nuevas administraciones, a través de disposiciones que tenían que ver con las costumbres, seguridad, obras públicas y actividades económicas entre otros aspectos. El instrumento permitía a los funcionarios contar con una legislación especial por las características de las jurisdicciones que conducían sin tener que recurrir continuamente al gobierno central. Por otro lado, los facultaba a castigar con multas a los contraventores y a utilizar esos fondos especiales para emprender alguna obra pública. Estos recursos estaban destinados a reforzar el presupuesto asignado y daban cierta autonomía al gobernador en su uso.

Los vecinos colaboraron con la apertura de caminos para ensanchar el radio de Ushuaia, luego que se aprobaran los planos del agrimensor Jorge Butza, de la primera mensura de Ushuaia. A los que se ocuparon de los desmontes, se les concedió la madera extraída y la autorización de sacarla del territorio sin el pago de gravámenes. La medida causó un gran beneplácito en los habitantes, hasta el punto de que solicitaron que el Gobernador fuera designado para otro período de gobierno.

Durante su gobierno, recibe la segunda visita de Monseñor Fagnano a la capital con el objeto de continuar con los trabajos iniciados en 1892 y de hacer frente a la construcción de la capilla, cumplir con las obligaciones pastorales y realizar algunos bautismos. El interés de ver definitivamente establecido el culto católico en el extremo sur, llevó a Godoy a acompañar el proyecto del salesiano, reclamando no sólo los recursos que demandaba en el presupuesto, sino también en la adquisición de los elementos para concretarlo, tanto en Buenos Aires como en Punta Arenas.

También asumió la defensa de la permanencia de la capital en Ushuaia, ante el debate que se había planteado en el gobierno nacional de trasladarla a la zona norte de la isla, por mejores posibilidades en las comunicaciones y mayor potencialidad económica. De hecho, este tema volvió a aparecer en otras etapas de la historia fueguina y nunca se concretó, imponiéndose los argumentos planteados por Godoy en este momento.


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