DIA 130: Félix Carrié asume la gobernación de Tierra del Fuego
Hoy continuamos con la historia de quienes gobernaron estas tierras.
Félix Carrié fue nombrado por el presidente Julio A. Roca con acuerdo del Senado. El carácter combativo, su tozudez y la resistencia de sus subordinados le valieron un sumario administrativo por el cual terminó siendo reemplazado antes de finalizar su mandato
Designado para ocupar la primera magistratura territorial el 20 de diciembre de 1899, debió enfrentar las mismas problemáticas que sus antecesores. Uno de ellos, era el mal estado en que se encontraban las dependencias policiales del norte de la isla, en algunos casos, y en otros, debían funcionar por el favor de los capitalistas rurales, al usar sus dependencias por la imposibilidad de hacerlo en propias. Asimismo, la fuerza carecía de armamentos, uniformes y otros enseres de primera necesidad, sumado a que los sueldos que percibían eran inferiores a otros empleados nacionales de la zona, y de los restantes Territorios donde gozaban de mejores condiciones de habitabilidad que en la Tierra del Fuego.
El aumento del número de efectivos y todas las penurias ya enumeradas fue uno de los objetivos que persiguió con mayor denuedo. Al mismo tiempo que demandaba la asignación del buque para las emergencias de la gobernación, que continuaba sin concretarse, emprendía otra cruzada igualmente imprescindible para las comunicaciones, como lo era la construcción de caminos.
Sólo pudo conseguir de la Armada, la cesión de la cañonera Paraná, a la gobernación con el nombre de Piedrabuena, luego de que el antiguo buque fuera transformado en un transporte de carga. La embarcación, todo un emblema para las comunicaciones en Tierra del Fuego, prestó servicios hasta 1926, año en que finalmente naufragó en las costas de Río Grande.
La iniciativa de comunicar los pequeños establecimientos del canal con la capital y los emplazados en el norte de la isla, no había sido abordado todavía, por lo que tuvo que comenzar desde la nada. Para ello contó con la ayuda de la familia Bridges, quienes le facilitaron la mano de obra aborigen que tenían arraigada en Harberton, donde era excesiva para la actividad pecuaria que realizaban. Así, conducidos por Lucas Bridges y con el sostenimiento de la Gobernación, un grupo de más de cien shelknam iniciaron la construcción de un camino de herradura a través del bosque hasta el lago Fagnano, para luego continuarlo hacia San Pablo.
Posteriormente solicitó autorización al Ministerio de Justicia, para utilizar la mano de obra penal residente en Ushuaia y en la isla de los Estados a fin de poder continuar con las obras viales en el entorno de la capital. Los trabajos en esa zona demandaban mayor esfuerzo, porque se necesitaba preparar el terreno pantanoso y rocoso, construyéndose alcantarillas y puentes. Sin embargo, la cantidad de penados habilitados para trabajos forzados era por entonces, un número insignificante para encarar esa tarea, no pudiendo avanzar demasiado en esta empresa.
Su carácter y algunas reacciones de sus subordinados le valieron inconvenientes que terminaron con una comisión investigadora a cargo de Carlos Gallardo. El funcionario nacional observó que había tenido inconvenientes con el médico, ingeniero, secretario, director del aserradero y hasta el cura entre otros, designando en algunos casos a personas descalificadas para el cargo, no abonándole el sueldo a otros y hasta negándoles los pasajes de regreso a Buenos Aires. Ante las observaciones por la sucesión de inconvenientes, el gobernador se defendió alegando que podía haber cometido alguna informalidad administrativa pero no podían acusarlo de irregularidades.
El perfil temperamental del gobernador no fue minimizado por los aportes que hizo a la cultura, al ser el promotor oficial de la primera biblioteca de Ushuaia, y ante la sucesión de reclamos por sueldos adeudados y otras cuestiones, fue separado del cargo con un sumario administrativo el 28 de abril de 1902.
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