DÍA 6: La llegada de las hijas de María Auxiliadora
En esta ocasión recordaremos como fue el arribo de las Hijas de María Auxiliadora
Fueron tres las Hijas de María Auxiliadora que llegaron a estas tierras tan australes: Luisa Rufino, Rosa Massobrio y Rosa Gutiérrez; PROVENÍAN DE Punta Arenas en una embarcación que se llamaba “Torino”.
Las hermanas llegaron en 1895, cuando la orden salesiana había refundado la segunda Misión Salesiana (en la cercanía del actual cementerio).
Hacia diciembre de 1896, luego que la segunda Misión fuera arrasada por un voraz incendio, los hermanos salesianos y las Hijas de María Auxiliadora se trasladaron 16 kilómetros al norte de la desembocadura del Río Grande, sus instalaciones -aún presentes- han sido declaradas “Monumento Histórico de Interés Nacional” en el Decreto 2087/83.
Este nuevo asentamiento consistía en una capilla e instalaciones para los indígenas y los religiosos. También el lugar contaba con un taller para niñas y mujeres aborígenes, donde las monjas les enseñaban labores como el hilado, la costura y otras acciones domésticas.
El objetivo fundamental de las Hermanas de María Auxiliadora era evangelizar y civilizar a las sociedades originarias que habitaban la zona norte de nuestra isla. Por ello -y junto a Monseñor Fagnano y demás salesianos- se enfrentaron a la avaricia y violencia que los buscadores de oro y los estancieros ejercían sobre ellos.
Internamente y para cumplir sus objetivos: la Hermana Luisa Ruffino cumplía las misiones de directora; Rosa Massobrio era vicaria y cocinera; Rosa Gutierrez ejercía como maestra de las niñas; Catalina Dabbene como maestra de las indias mayores; Maximina Ballester era la encargada de la ropería y la novicia María Auxilio era auxiliar de cocina. Si bien las Hermanas hacían que sus pupilas se cortaran el pelo, vistieran otras ropas, modificaran su lenguaje y creencias, representaban un refugio de calor, alimento y seguridad. Los aborígenes miraban con gran asombro a estas mujeres que tenían una vestimenta negra tan particular por lo cual las apodaron “pinguinas”
En principio todos los gastos que incurrían las Hijas de María Auxiliadora: por ejemplo alimentos- galletas y carne-, frazadas, utensilios, velas, entre los más destacados, fueron costeados por los salesianos; en 1910 sus estructuras económicas se separaron y posteriormente -hacia 1947- se trasladaron a su predio actual, dentro del éjido urbano- ubicado entre las calles: Monseñor Fagnano, Avenida perito Moreno, Rivadavia y Avenida San Martín. Hoy, nuestra ciudad reconoce el valor de cada una de estas religiosas y las ha homenajeado dotando de sus nombres a las calles del Barrio CGT
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