Historias de vida, la abuela que cumplió 104 años horas antes del 2025
Celia, más conocida como la abuela Yety, celebra este martes sus 104 años de vida. AIRE LIBRE FM la visitó en el barrio Malvinas Argentinas de Río Grande y dialogó sobre varios temas. Se siente joven y radiante. Habló de su familia y una increíble historia de vida. Agradeció las muestras de cariño y destacó su legado. Muchos oyentes la felicitaron con mensajes, en este día muy especial.
Celia dijo que “no creo que haya ningún secreto para seguir viviendo, Dios nos marca el camino y Dios nos corta la velita cuando Él dice, hay un dicho que dice, mira que te mira Dios, mira que te está mirando, mira que te has de morir, mira que no sabes cuándo.
Mi abuelo era hijo del cacique Catriel, del araucano que hizo tantos malones a Buenos Aires y agarró tantas cautivas y que todavía buscan el tesoro de Catriel porque los indios cuando mueren, por ejemplo, se mata el mejor caballo de la tropilla, se saca el cuero y ese era, digamos, el ataúd, el cuero del caballo, para que cuando se fuera al otro mundo tuviera el mejor caballo para seguir allá y al indio se le pone todo lo que tuvo bueno, digamos, cuchillo, boleadoras, todo lo más preciado, todo lo que en ese tiempo se consideraba para ellos lo mejor.
Mi abuelo murió a los 127 años. Hugo del Carril vino hace muchísimos años a filmar sucesos argentinos que las pasaban en el cine cuando pasaban una parte de la película y cuando tenían que cambiar el rollo ponían sucesos argentinos. Ahí pusieron La Tierra del Fuego se apaga bajo el Cielo de Santa Cruz, que fue lo que filmaron ellos. Y mi abuelo ya tenía más o menos, según él, 120 lunas porque llegó a las 127 caminando, enlazando, pialando, no tenía, o sea, un buen día se acostó y los hijos lo encontraron dormido”.
¿Cómo está viviendo este nuevo cumpleaños?
“Como siempre, es un día más en la vida. Un día más y encima que no tengo ya ninguno de los siete hijos que tuve. La última la enterré el 19 de octubre. Los nietos son muy pocos, como diríamos, no tienen muchos hijos. Mariano tiene uno, Maxi tiene uno, Roberto tiene dos, y ahí paramos de contar”.
Cuéntenos un poquito de su vida, ¿a qué se dedicó?
“Yo soy enfermera y profesora de economía doméstica, pero desde que nací fui peón de campo, digamos, esquilar, bañar, rodear, andar a caballo, repuntar hacienda, todo lo que se refiera al campo, ordeñar, pero también con la economía doméstica que se enseñaba en esos años, puedo usar un calibre, cortar un vidrio, manejar, cambiar las cosas de la pileta, o sea que ahí nos enseñaban de todo, aparte de que soy modista, sastre, pantalonera, camisera, cortinera y repostera”.
¿Usted nació en la provincia de Santa Cruz?
“Yo nací en la provincia de Santa Cruz, nací en lo que se llamaba, el Cañadón de los Indios, donde estuvieron los últimos Oniken y los últimos Araucanos, donde estuvo el cacique Capite, el cacique Casimiro, mi madre era hija de aborigen, mi abuelo era un Catriel, y mi abuela era hija de una cautiva y de un indio, y cuando Roca en el año 4 hizo la segunda campaña al desierto, cuando llegó a Gallegos, mi abuelo los recibió con un asado, digamos, antes de entrar a Guaraique, y Roca le dio una legua de campo por cada hijo que tenía, él lo eligió a la margen norte del lado argentino, y ahí fundó la estancia La Porfía, y después, en 30 años, ocupó 20 leguas más, y mi padre vino de Alemania a Uruguay, porque tenía unos hermanos ahí, y después pasó a la Argentina, y vino con el ingeniero de Aurequi, que marcó los puntos altos de la cordillera”.
¿Hace cuánto que vive en Río Grande?
“Bueno, yo en Río Grande he venido esporádicamente, porque tenía una hermana acá, y tenía mi hija, una de mis hijas acá, que es la que falleció hace dos meses, así que como estaba casada con un militar, he vivido un poco en cada pueblo, porque los marinos andan con la casa al hombro”.
¿Tiene algún secreto para llegar a los 104 años, la alimentación…?
“No hay secretos.
Mi abuela nos daba calcio moliendo las cáscaras las molía, y nos daba eso como calcio, y parece que nos dio mucho porque yo tengo una uña a prueba de lo que sea. Aunque me he caído de todas las partes, se puede caer a una chica a un chico, nunca me quebré, nunca me luxé nada”.
La entrevista con la abuela iba culminando y al mismo tiempo llegaban vecinos a su casa, en el barrio Malvinas Argentinas (ex Chacra XIII), para compartir con ella este día tan especial. Una mujer que se siente joven y radiante, agradecida de la vida.
() Aire Libre FM 96.3: