Innovación agrícola: cómo adaptarse al clima extremo de Tierra del Fuego

Los cultivos de esta región enfrentan condiciones complejas. Un equipo de investigadores propone estrategias novedosas, como la siembra tardía, para optimizar la producción. En el extremo sur de Argentina, la agricultura se enfrenta a un desafío monumental debido a las condiciones climáticas únicas que definen la región.

Tierra del Fuego, con su clima impredecible y su corta temporada de luz, obliga a los productores a buscar soluciones ingeniosas para lograr una producción eficiente.

Afortunadamente, la investigación del INTA Ushuaia ha brindado algunas respuestas clave, como la técnica de siembra tardía, que permite superar algunos de los obstáculos que presenta este paisaje tan inhóspito.

En este rincón del país, la temporada de siembra comienza en agosto y finaliza en abril. Sin embargo, las largas jornadas de luz durante los meses de verano tienen un impacto directo sobre algunos cultivos, que no se desarrollan adecuadamente debido a la sensibilidad de ciertas especies al fotoperíodo.

Para aquellos cultivos que requieren días más cortos para su desarrollo, la siembra tardía surge como una solución eficaz. Este enfoque consiste en plantar a finales del verano, en lugar de hacerlo al inicio de la temporada, para evitar que los cultivos sufran el estrés causado por las largas horas de luz.

** Cultivos adaptados al clima fueguino

Kati Pohjola, técnica del INTA Ushuaia, explica que la siembra tardía permite que las plantas crezcan durante los días más cortos del año, cuando las condiciones son más favorables para especies sensibles al fotoperíodo. Por ejemplo, la espinaca, que es propensa a florecer prematuramente en verano, se beneficia de esta técnica.

Sembrada en febrero, la espinaca tiene tiempo para desarrollarse antes de que el frío otoñal frene su crecimiento. De esta manera, hiberna durante el invierno y retoma su ciclo en primavera, listo para ser cosechada en noviembre.

Además de la espinaca, hay otros cultivos como la acelga, el kale, el brócoli y los repollitos de Bruselas, que también se benefician de este enfoque. Estas hortalizas, especialmente aquellas resistentes al frío, son más aptas para enfrentar las heladas y las bajas temperaturas típicas del invierno fueguino. Aunque algunas especies como la rúcula y el pak choi requieren mayor protección, el ajuste de los tiempos de siembra y las condiciones adecuadas pueden garantizar su supervivencia y crecimiento en la región.

** Planificación estratégica: la clave para una cosecha exitosa

El éxito de cualquier cultivo en Tierra del Fuego depende en gran medida de una planificación adecuada. Es fundamental tener en cuenta los períodos de luz, la temperatura y los riesgos de heladas para maximizar la producción. Para cultivos como la espinaca, es mejor evitar el trasplante, ya que esto puede inducir una floración prematura. En cambio, otros cultivos, como el brócoli o la acelga, pueden ser trasplantados sin mayores complicaciones.

En la Patagonia Austral, los productores deben ser astutos y estratégicos para adaptarse a los desafíos del clima. La siembra tardía, junto con una correcta elección de cultivos resistentes al frío, puede transformar un clima tan impredecible en una oportunidad para cosechas abundantes. Con el enfoque adecuado, incluso en el fin del mundo, la agricultura puede prosperar.

Fuente: Inta