La justicia ordena frenar el vertido de líquidos cloacales crudos al mar
La resolución dictada por el juez Boccardo, conocida este miércoles, les impuso a las autoridades municipales la reparación de un emisario cloacal submarino, el cercado y señalización de una zona de descarga de efluentes, y la presentación de un plan de trabajo para extender los caños de desagüe al mar hasta superar la línea de baja marea.
El juez Civil Horacio Boccardo hizo lugar a una medida cautelar en el marco de una “acción preventiva de daños”. Admitió contaminación por coliformes fecales y le ordenó al municipio de Río Grande reparar un emisario submarino, cercar y señalizar una zona de descarga y presentar un plan de trabajo para extender los desagües hasta superar la línea de baja marea.
La justicia de Tierra del Fuego le ordenó al municipio de la ciudad de Río Grande que adopte una serie de medidas para dejar de contaminar con efluentes cloacales la costa del Mar Argentino, situación que se produce “desde hace diez años” y que derivó en un “grave problema ambiental” y en un “riesgo sanitario latente”, publica hoy El Diario del Fin del Mundo.
El juez Civil de Río Grande Horacio Boccardo hizo lugar a una medida cautelar, enmarcada en una “acción preventiva de daños”, promovida por la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios de la provincia (Dposs) tras constatar que la municipalidad local “vuelca crudas las cloacas tanto al río que atraviesa el ejido urbano como al litoral marítimo que rodea a la ciudad”.
La resolución judicial les impuso a las autoridades municipales que “en un plazo de diez días” reparen “el emisario submarino de la colectora norte” -que al estar roto vuelca efluentes en la playa- y que cerque el “desagüe cloacal de la Margen Sur”, donde “deberán instalarse carteles con la inscripción “Zona de desagüe cloacal. Prohibido el contacto y la realización de actividades recreativas”.
Además, el municipio deberá presentar a la justicia, “en un plazo de 30 días”, un plan de trabajo con plazos de ejecución, para “extender el caño de desagüe de la Margen Sur hasta superar la línea de baja marea”, indica el fallo.
El director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) Andrés Nápoli, definió ayer como “novedosa” y “positiva” a la resolución adoptada por la justicia de Tierra del Fuego y sostuvo que la “acción preventiva de daños” que el juez Civil fueguino Horacio Boccardo utilizó para disponer las remediaciones ambientales constituye un mecanismo “con pocos antecedentes en el país” y una “buena herramienta”.
El titular de la FARN destacó también la “premura” que el magistrado le impuso a la causa, teniendo en cuenta que la presentación señalando el vertido de efluentes crudos al mar fue realizada el año pasado por la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios (Dposs).
“En un lapso de tiempo breve, el juez constató el mal funcionamiento del sistema de cloacal de Río Grande, certificó la contaminación de las aguas, el riesgo para el ambiente y la salud pública, y tomó esta determinación”, indicó el abogado especialista en casos ambientales, en dialogo con EDFM.
Si el caso hubiera tramitado como una acción ordinaria, “la contaminación hubiese seguido produciéndose, generando un daño cada vez más irreversible y un riesgo mayor a la salud, considerando que el nivel de coliformes fecales hallados en el mar es muy superior al permitido”, señaló el experto.
En esa línea, Nápoli remarcó que el juez intervino “asumiendo el rol que le corresponde por ley” y en “protección de la comunidad fueguina”.
“El saneamiento cloacal y la provisión de agua potable se presentan como elementos cada vez más vinculados a la protección de los derechos humanos y el ambiente. Así lo establece la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y así figura entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, remarcó el ambientalista.
La resolución dictada por el juez Boccardo, conocida ayer, les impuso a las autoridades municipales de Río Grande la reparación de un emisario cloacal submarino, el cercado y señalización de una zona de descarga de efluentes, y la presentación de un plan de trabajo para extender los caños de desagüe al mar hasta superar la línea de baja marea.