“La prostitución funciona de una manera parecida a una multinacional”
La escritora española, Lic. en Ciencias Políticas y en Sociología, Rosa Cobo Bedía, brindó la charla “La Prostitución en el corazón del Capitalismo”.
La Universidad Nacional de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur (UNTDF) llevó a cabo en Río Grande y en Ushuaia la charla: “La Prostitución en el corazón del Capitalismo”. La propuesta, abierta a la comunidad en general, surge en el marco de la Cátedra Libre de Derechos Humanos y del Programa Género y Sexualidades de la Universidad.
Rosa Cobo Bedía es una teórica feminista española, escritora, abolicionista, profesora de Sociología del Género en la Universidad de La Coruña – España y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de la misma universidad. Es Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología; y ha escrito el libro “Hacia una nueva política sexual”.
¿Cuál fue el objetivo de la charla?
“He tratado de argumentar que la prostitución es una institución fundacional del patriarcado, pero que cuando aparece el capitalismo neoliberal lo convierte en una industria global que funciona de una manera bastante parecida a como funciona una multinacional, con unos altísimos niveles de eficacia y racionalidad, que va buscando siempre el mayor beneficio”.
“También he tratado de explicar cómo ésta gran industria de la explotación sexual cuyo corazón es la prostitución, puede funcionar gracias a la complicidad de las grandes instituciones del capitalismo internacional como son el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los Estados, unos y otros son cómplices, unos otros alientan y se benefician”.
“Y por último, he querido demostrar cómo las mujeres en la prostitución pierden su condición de humanidad y son convertidas en mercancías, en objetos, y para que eso ocurra es necesario deshumanizarlas, y solamente deshumanizadas los prostituidores pueden reclamar o imponer prácticas sexuales con altísimos niveles de violencia”.
¿Cuál debe ser la función del Estado?
“La primera cosa es la que ya ha hecho Argentina, que es prohibir la industria. La segunda cosa es que hay que controlar y desactivar toda la prostitución que es clandestina. Y en tercer lugar hay que multar, penalizar y criminalizar a las personas que consumen prostitución”.
“Y por supuesto también hay que hacer políticas públicas para las mujeres que están en la prostitución; me estoy refiriendo a que las mismas tienen que tener un salario mínimo garantizado, educación, una alternativa habitacional y apoyo psicológico integral. Las políticas públicas tienen que tener como objetivo que estas mujeres puedan llevar las vidas que quieran llevar y que no encuentren ninguna razón para volver a la prostitución”.
¿Qué piensa ante la conocida frase “mi cuerpo, mi decisión”?
“Yo creo que libertad implica elección. Y si la elección la haces desde una situación de pobreza extrema, desde una situación radical de vulnerabilidad o desde una historia de abusos sexuales, de sometimiento o violencia, no se le puede llamar libertad individual”.
“Más allá de esto, la libertad individual se ha convertido en el gran catecismo del capitalismo neoliberal. La única manera que tienen de que no hagamos una crítica a las instituciones que producen explotación sexual, es señalar que si subjetivamente los individuos que están en la prostitución dicen que están de acuerdo, la explotación desaparece. Y eso no es cierto”.
“Cuando tu te pones a hablar con las mujeres que están en la prostitución te das cuenta que nunca han tomado una decisión, sino que han optado a partir un cumulo de elementos que está perfectamente dirigido a que ellas acaben en la prostitución. No hay libertad de elección cuando hay una situación de pobreza extrema y una situación radical de vulnerabilidad”.
Por último, ¿cuál es la importancia de la Educación al respecto?
“La buena educación tiene un carácter preventivo y transformador. Por lo tanto es importantísimo que se utilice la educación como una herramienta de cambio social y como herramienta de trasformaciones de la subjetividad de los individuos y en los sistemas socializadores”.
“Yo creo que es hora de emprender ese camino, pero mientras lo emprendemos o no lo emprendemos los varones tienen que recibir el mensaje de que acceder sexualmente al cuerpo de una mujer que lo único que tiene para sobrevivir es su cuerpo, no está bien, y si quieren hacerlo por lo tanto tienen que recibir una penalización”.