La tarea solidaria, en un comedor de Margen Sur
Betina Beamonte, madre de 5 hijos y con 8 nietos, estuvo en AIRE LIBRE FM. Trabaja hace cuatro décadas en una empresa familiar y también realiza tareas solidarias, entregando ropa y alimentos a través de un ropero y en colaboración con el comedor de Alejandra en Margen Sur. “Necesitamos especialmente calzados y camperas de hombre”, dijo. Utiliza las redes sociales para ayudar a difundir esa labor.
Ella trabajó gran parte de su vida en el colegio Don Bosco de Río Grande, “así es, toda mi vida con con los jóvenes que era mi fuerte, pero también con la cuestión solidaria. Tuve la suerte de estar muchos años en el establecimiento como mamá y después como como profe, encargada de la pastoral y siempre tratamos de generar en los mismos jóvenes esta cuestión solidaria”.
Mamá de Leo, Andrés, Fer, Karina y Agustina. Ocho nietos y casada hace 48 años con Hugo Agnes: “Yo me casé muy joven, Hugo era militar, que también es muy lindo reconocer que hace muy poquito lo declararon veterano de guerra porque él estuvo en Malvinas pero por la burocracia no lo habían reconocido y hace un año que ya es reconocido veterano de guerra. Estuvo en la escuela 35, por la cual yo también lo agradecí públicamente, porque es enseñarle a los chicos que tener un veterano entre nosotros, y que pueda contar la historia, fue maravilloso el lugar que le dieron”.
Respecto a la empresa familiar “Los Onitas”, sostuvo que “nosotros estamos a la cabeza hoy sábado Hugo está allá yo trabajo de lunes a viernes desde las ocho y media a nueve hasta las cinco de la tarde. A Hugo lo tengo que sacar a la fuerza, y ahí trabajan dos de nuestros hijos y uno de los nietos pero se fue a estudiar. Así que son tres generaciones”.
Y en cuanto a su trabajo solidario, señaló la entrevistada que “cuando yo me jubilo, que hace más o menos son cinco años, yo sentía que me faltaba algo, más allá de que como vos decís, fábrica full time, familia full time. Sí, claro. Con toda la humildad, estar presente, va un nieto, llevo a un lado, voy al otro, las otras dos que están en Ushuaia, pero me faltaba esta parte de poder ayudar, de ser útil hacia la sociedad. Encuentro en las redes sociales, en el Facebook, que pedían unos frasquitos de vidrios en el comedor la familia. Para un día del niño. Me acerqué, junté frascos de mermelada y me acerqué. Y bueno, ahí empecé tímidamente. Ale tiene un comedor donde le da de comer a 125 personas, más o menos, los martes y los jueves, en su propia casa, en su propia cocina, o sea, no es que tiene un lugar. Recién ahora se pudo ampliar el comedor, entonces no tenía lugar para recibir ropa”.
“Por ahora son 125 personas y va creciendo un poquito -acotó Betina-. No solamente hace eso, ella entrega bolsones, es terriblemente inquieta, Alejandra. Es una mujer que doy fe que se levanta muy temprano porque ahora amplió la cocina. Sí. Pero antes era la olla grande y como tenía que hacer dos tandas, se tenía que levantar temprano porque si no en la cocina no le entraba. Da bolsones de comida, hace distintos festejos, Día del Padre, Día de la Madre, está todo el tiempo generando cosas. Ahora como tiene el comedorcito más grande, pudo hacer apoyo escolar y también hace distintos talleres de comida para enseñarle a la gente que pueda aprender a cocinar.
Ya no tenía lugar en la casa con el tema de la ropa así que empezamos tímidamente a formar como un ropero en el cual utilizo una de las habitaciones de mi casa y tengo todo separado. Yo recibo la donación, separo en la silla, no vayan por Viedma por favor, no miren para el comedor porque a veces son montañas de ropa. Separo hombre, mujer, nena, nene y después empiezo a poner los portales”.
Graficó la entrevistada que “después va todo en cajas. Cosa que cuando a mí me piden me es mucho más fácil poder entregar. La demanda no solo es el comedor, que mi fuerte es el comedor. Al tener muchos ex alumnos que trabajan en distintas entidades, por ejemplo, a veces en violencia de género, retiran a alguna mujer, por este mismo caso, por el tema de la violencia, sin ropa, sin nada y bueno, como muchos chicos que trabajan ahí, son ex alumnos, saben del ropero, me avisan para una mujer, para un niñito, para lo que sea, o a veces por incendios, lo que se presenta y la gente sabe, yo entrego.
Me gusta más hacerlo a través de Alejandra porque ella es la que tiene más el control de las familias. Y conoce a toda la gente que va allí al comedor”.
“Tengo que agradecer haber estado en el Don Bosco y tener muchos ex alumnos y muchas mamás, papás. A mí me llena de orgullo porque son muchas familias que han estado ahí, pero también tengo que reconocer que hay muchísima gente que no me conoce, y sí, publico todo en las redes, yo soy más del Facebook que el Instagram, pero me parece que sin quererlo se puede fusionar, la gente es muy solidaria”, sostuvo en el programa Un sábado más.
Mencionó que lo que más necesita la gente es calzado, sobre todo de hombre, y camperas grandes.
(EN EL AUDIO, LA ENTREVISTA COMPLETA).
(🎙) Aire Libre FM 96.3: