Martina Rosso, joven promesa de la danza árabe, se consagra campeona internacional
Martina Rosso, una talentosa bailarina de 14 años, ha logrado un destacado triunfo en un torneo internacional de danzas árabes realizado en Tigre, Buenos Aires, en la categoría Juvenil B. La joven fue acompañada por su profesora, Judith Páez, del reconocido estudio de danza Judith Yodalia. La competencia, que atrajo a bailarines de todo el mundo, permitió a Martina demostrar su destreza y dedicación, obteniendo el primer puesto.
Desde los tres años, Martina comenzó a explorar el mundo de la danza, y su pasión nunca disminuyó. En 2019, antes de la pandemia, ya había participado en esta misma competencia y obtenido el primer lugar. Sin embargo, la emergencia sanitaria impidió su participación en otros eventos internacionales. Este año, al ver la oportunidad de competir nuevamente en Argentina, decidió viajar y demostrar su talento.
El proceso para clasificar al torneo fue riguroso. Martina tuvo que enviar un video de su presentación, que fue evaluado por el jurado. Después de recibir la confirmación de su clasificación, se presentó en el escenario frente a un jurado internacional, donde volvió a brillar. “Bailé sola, y la emoción fue enorme”, comenta Martina sobre su experiencia en el escenario.
Judith Páez, su profesora, destacó el compromiso y el don especial de Martina desde que comenzó a bailar a los seis años. “Desde pequeña, Martina mostró una gran habilidad, especialmente al manejar las alas, conocidas como wings, que son esenciales en la danza árabe. Aunque los niños suelen tener que trabajar más en su motricidad, ella demostró tener una capacidad innata”, explicó Páez.
A pesar de que la danza árabe es predominantemente femenina, Judith mencionó que también existen algunos hombres que se dedican a esta disciplina, y afirmó que el nivel de danza en Tierra del Fuego es muy bueno. “Aunque ha disminuido un poco la cantidad de maestros en los últimos años, las bailarinas y estudiantes siguen mostrando gran talento”, expresó la profesora.
El esfuerzo de Martina y su profesora es constante. Los ensayos se realizan entre dos y tres veces a la semana, con sesiones que pueden durar hasta tres horas diarias. A pesar de las exigencias, Martina asegura que disfruta de cada momento. “La danza árabe tiene una técnica que requiere mucha práctica y dedicación. Es un desafío poder mover distintas partes del cuerpo de manera independiente, pero con práctica se logra”, explicó Martina.
En cuanto al futuro, Martina tiene grandes planes. Ya se ha clasificado para competencias internacionales en España, Estados Unidos y Brasil, aunque el costo de los viajes será un desafío. No obstante, la joven está decidida a seguir adelante, apoyada por su familia y su profesora.
A lo largo de su carrera, Martina ha contado con el apoyo incondicional de sus padres, quienes han sido su principal fuente de motivación. “Les agradezco mucho a mis papás por apoyarme siempre en todas las competencias”, dijo Martina, visiblemente emocionada.
La danza árabe, al igual que otros tipos de danza, a menudo enfrenta desafíos para ser valorada de la misma manera que otros deportes, como el fútbol. Sin embargo, tanto Judith como Martina coinciden en que la danza es una disciplina que fortalece el cuerpo y la mente, y que debería ser reconocida como una actividad tan válida como cualquier otra.
Así, con su reciente victoria y la mirada puesta en nuevos desafíos internacionales, Martina Rosso se perfila como una joven promesa de la danza árabe, cuyo talento y dedicación continúan conquistando escenarios y corazones.