Pesar en la Facultad Regional Río Grande por el fallecimiento de Daniela Miquelestorena
Profundo pesar se vive en la comunidad educativa de la Facultad Regional Tierra del Fuego de la UTN por el fallecimiento de Daniela Miquelestorena. Se declaró duelo y suspensión de actividades académicas y administrativas.
RIO GRANDE.- La comunidad educativa de la Facultad Regional Tierra del Fuego de la Universidad Tecnológica Nacional vivió, con hondo pesar, la noticia del fallecimiento de Daniela Miquelestorena en un hecho que se registró el 11 de abril, en la ciudad de Buenos Aires.
Daniela era autoridad de la casa de estudio donde se desempeñaba como Subsecretaria de Planeamiento de la Facultad y como Coordinadora del Instituto Superior del Profesorado Río Grande, pero se había desempeñado también en cargos directivos y de asesoría de la EADEB (Escuela Austral de Educación Bilingüe) y el Jardín Rosarito Vera y como docente en el CIERG (Colegio Integral de Educación Río Grande). Por esta razón Daniela era conocida, valorada y querida por la mayoría de los alumnos, no docentes, familias y colegas que con ella compartieron más de 30 años de trabajo profesional y compañerismo.
Los primeros en expresar este dolor fueron el Decano Ing. Mario Ferreyra, el vicedecano Ing. Francisco Álvarez y demás funcionarios de la de la UTN Regional Tierra del Fuego y del Instituto Superior del Profesorado Río Grande en la persona del Lic. Fabio Seleme quienes inmediatamente conocida la noticia, declararon duelo y suspensión de actividades académicas y administrativas.
Su compromiso con el trabajo y un carácter afable y alegre hacen que de Daniela queden los mejores recuerdos y un enorme cariño. Muestra de ellos las innumerables muestras de dolor y acompañamiento a la familia que se multiplicaron en redes sociales y otros medios cuando la institución compartió el dolor de esta irreparable pérdida.
Daniela Miquelestorena era Licenciada en Psicología oriunda de Campana, Provincia Buenos Aires y había llegado a la ciudad de Río Grande a principios de la década del 90. Hoy queda, de su vida y su labor, su recuerdo y huella entre nosotros. Su presencia perdurará a través de las personas que ayudó a formar como profesional, en sus amigos que no dejarán de quererla y en sus dos hijos que tanto amó.