Polémica en Ushuaia por los comederos públicos para los perros callejeros
En la última semana, se hizo pública una contraposición de opiniones entre el biólogo Adrián Schiavini y Rosana Vélez, presidenta de ARAF (Amigos del Reino Animal Fueguino), por la situación de los comederos públicos para los animales de la calle.
Rosana Vélez, presidenta de ARAF, señaló en AIRE LIBRE FM que “esto surgió en la pandemia, nosotros hacíamos el servicio para los animales en situación de calle y para las familias que no estaban pasando el mejor momento económico. Cuando se paralizó el mundo, los taxistas del centro nos avisaron que los perros del centro se estaban poniendo agresivos y tuvimos que hacer estos kits de comederos porque esto era por el hambre”.
Con respecto a los dichos del investigador del CADIC – CONICET, expresó que “siempre hay algún detractor que habla sobre nuestro trabajo. Nosotros hicimos una red de vecinos, porque no se podía salir. Teníamos un permiso pero éramos pocos para toda la ciudad. Cuando la gente pudo salir a la vuelta a la manzana, buscamos un ‘padrino o madrina’ que llene estos kits. Este compromiso también requería la limpieza con agua y lavandina”.
“Además, trató de detractor al biólogo Schiavini. Su solución es matar y matar. Los animales molestan, nosotros estamos todos en el reino animal y nosotros no creemos que tenemos el derecho a matar a los animales no humanos. También hay algo para tener en cuenta, que los seres sintientes, sufren y tienen la capacidad de dolor y placer, y debemos considerarlos como sujetos de derechos”, agregó.
Y sentenció: “Por eso, la protectora mantendrá los comederos comunitarios le guste al señor Schiavini o no”.
“Lamentablemente hay familias no concientizadas que siguen abandonando animales. ¿Qué hacemos para esos animales? Operar más para que no nazcan más, hacer políticas serias de castración masiva y concientización. Pero con el remanente este, según Schiavini hay que exterminarlo. Esos animales no tienen culpa de haber sido arrojados a su suerte en la vía pública. Si podemos encontrarle un hogar, mucho mejor”, cerró.
Schiavini: “Un verdadero sinsentido nacido de las buenas intenciones”
Desde transmisión de enfermedades a otras especies y al ser humano, hasta peligro de ataques en la vía pública.
El Dr. en Biología e investigador principal del CADIC – CONICET, Adrián Schiavini, terció en la polémica suscitada a raíz de la presencia de comederos plásticos instalados por vecinos en distintos puntos de la ciudad, con la buena intención de suministrar alimento y agua a perros callejeros, pero indeseadas consecuencias y perjuicios de consideración que comienza a provocar.
“El origen de la existencia de comederos y bebederos para perros en la calle es muy bien intencionado y se basa en la sensación de compasión por alimentar perros que están en la calle, donde ahí comen todos, los con dueño y los sin dueño, comen todos” definió primariamente Schiavini con énfasis en el núcleo del problema.
El científico señaló que esa empatía, genuina en su origen, “no percibe el daño que le hace a los perros y a toda la fauna nativa y exótica, como las ratas, a la salud humana y a la seguridad de la gente que camina por la calle”.
Es que claramente esa comida está disponible para todos los animales, no solo los perros sueltos, como se puede comprobar a cada momento. Ratas, perros con familia, aves silvestres como gaviotas australes o chingolos, son habituales comensales en los comederos del centro: “Una vez que los animales aprenden que allí se consigue comida, van a buscar la comida ahí”.
Gráfico y contundente, Schiavini propuso una exagerada pero esclarecedora comparación. Dijo que tener esos comedores en la vía pública “es equivalente, haciendo una analogía un poco burda, a que en la estación Constitución haya mates públicos, entonces la gente va pasando, toma un mate y sigue su viaje, compartiendo bombilla en una estación como Constitución”.
El fondo de la cuestión es que todos los animales que allí comen, sencillamente comparten enfermedades y parásitos: “Perros sanos, perros enfermos, ratas que orinan por todos lados, lo que produce compartir enfermedades con los perros”, por ejemplo, leptospirosis, como mencionó.
Pero, además, la problemática pasa de nuestros perros a las aves silvestres y de ellas a otros mamíferos, en cualquier lugar. Las consecuencias son impensadas.
“Es un verdadero sinsentido nacido de las buenas intenciones, totalmente incongruente con la necesidad de liberar las calles de perros. La sensación de compasión de bajo compromiso, tiene consecuencias negativas para el ambiente, la salud de los animales y de las personas” describió. En definitiva, se trata de “una simpatía de bajo riesgo, le doy comida y después lo que hace el perro, no me preocupo”.
Otro inconveniente adicional que traen los comederos en lugares habitados por seres humanos, es que “ponen en riesgo a la gente de sufrir ataques de los perros, porque ellos empiezan a comprender que ese comedor es un territorio de alimentación y comienza a ser defendido de intrusiones, de otros perros en primer lugar, y en cualquier momento de un ser humano” alertó el científico.
Puntualmente respecto de la denunciada proliferación de roedores que tales comederos traen aparejada, sentenció que “no hay que ser doctor en biología para darse cuenta que si uno le da comida a un roedor, va a producir más ratoncitos y lauchitas. Eso estamos haciendo pensando que hacemos un beneficio a un perro”.
Finalmente, Adrián Schiavini lamentó la realidad que vivimos sobre todo en los últimos 5 años de “percepción de que el bienestar animal está por encima de cualquier otro derecho, como la salud pública o el derecho de un ser humano de andar por la vía pública y no ser atacado o no pisar mierda. Hay una emergencia de pseudo derechos, no formalizados en legislación, que al amparo de lo que conocemos como bienestar animal, pretenden poner la vida de los animales por encima de la vida del ser humano, o equipararla”.
(🎙) Aire Libre FM 96.3: