“Tenemos que aprender a trabajar con la imagen en la escuela”, dijo el cineasta Vagnenkos
La segunda jornada del Congreso Internacional Educación e Inclusión desde el Sur tuvo en su parte final la presentación del cineasta y realizador audiovisual Alejandro Vagnenkos quien expuso sobre “Lo escolar en el cine”. Durante su charla presentó fragmentos, en rigor los trailers de ocho documentales argentinos que abordan situaciones de la educación en diferentes lugares y establecimientos educativos del país, en los que, entre otros aspectos, se hace hincapié en un “Estado presente”, más allá de los conflictos que abordan.
El director de dos largos documentales “Jevel katz y sus paisanos” (2005) y “Escuela trashumante” (2015), tiene en proceso de montaje su tercer film, “Dorados 50” y en preproducción el documental llamado “Lobos”, que cuenta la historia del Pato Lacoste, un docente desaparecido en 1976.
Durante su charla presentó fragmentos, en rigor los trailers de ocho documentales argentinos que abordan situaciones de la educación en diferentes lugares y establecimientos educativos del país, en los que, entre otros aspectos, se hace hincapié en un “Estado presente”, más allá de los conflictos que abordan.
Vagnenkos puso en contexto la importancia del género documental en nuestro país y, para graficar con cifras la evolución de estas producciones en los últimos 90 años, detalló que “entre 1930 y 1950 se produjeron en Argentina 25 documentales; en los años 60 se hicieron 20; en los 70, 30 producciones en la década; en los 90, se hicieron alrededor de 60 películas de dicho género en tanto que desde 2003 en adelante se hicieron 80 documentales, pero por año”.
Yendo al tema de su disertación, el cineasta afirmó que “mi participación este año tiene que ver con la experiencia del congreso del año pasado cuando estuve presentando mi película que vimos completa y sobre la cual luego hicimos un debate”.
Al subrayar que “en esta última década se ha realizado una gran cantidad de películas documentales gracias al fomento del Instituto Nacional de Cinematografía”, resaltó que en ellas “se cambia la perspectiva clásica de este tipo de producciones sobre la educación, y en la que la lupa se centraba siempre sobre el rol del docente y nunca sobre los alumnos que eran simples decorados”.
“Eso cambió desde el 2010 –señaló- y ahora los docentes dejaron de ser los protagonistas porque el protagonismo lo tienen los pibes que van a la escuela, que es lo que abordan las ocho películas elegidas para el trabajo con los docentes en el Congreso”.
Vagnenkos dijo además que “la inclusión, que es uno de los ejes del Congreso, está presente en este cine que vemos y que se enfoca sobre los pibes. Los que están dentro de la escuela y también los que están fuera”.
En ese sentido amplió el concepto diciendo que “hay una importancia determinante en las imágenes que se ven dentro de un aula porque un chico que se duerme en su banco, algo nos quiere decir; un pibe que no puede estar más de 10 minutos sentado, algo nos quiere decir; un patio con mil chicos formados cuando suena el Himno y no lo cantan o con suerte lo tararean, algo nos indica”.
Apuntó también que “todo eso es un muy buen material para después poder pensar las escuelas, porque tiene que ver con algo que estamos fundando, que es la pedagogía de la imagen, que es un poco volver a aprender a mirar; aprender la didáctica de las artes visuales para después trabajarlas en el aula”.
Para terminar, sostuvo que “hay que aprender a trabajar con imágenes en la escuela” y que “vivimos todos los días de pantalla en pantalla. Tenemos que ver qué hacemos con todas esas pantallas y con todas esas imágenes que inundan nuestras vidas e incorporarlas en la escuela. El tema es cómo lo hacemos…”